Venezuela y la Leyenda Negra: mentiras e Historia de España Estimado Luis, Agradezco el esfuerzo y la consideración que estái...
Venezuela
y la Leyenda Negra: mentiras e Historia de España
Estimado Luis,
Agradezco el esfuerzo y
la consideración que estáis teniendo sobre mí en la hermana República
Bolivariana de Venezuela, en lo que respecta a los ataques y falacias que empiezan a
circular sobre mí en esta nación a la que estimo tanto, alentados por
secesionistas españoles y trotskystas negrolegendarios. Sabes que los escritos mendaces
que empezaron a publicarse en España y en Argentina contra mí, acusándome
falsa y ridículamente de ser “de extrema derecha”, fueron contestados en mi
propia página web, y de ahí que os enviara la contestación a ti y a otros
responsables del grupo (esta contestación: http://www.armesilla.org/2019/10/contra-el-insulto-la-difamacion-y-la.html).
También te envié varios artículos desmontando falacias escritas sobre mí con
anterioridad, y en la misma línea, por personas de similares ideas, básicamente
lo que desde el materialismo filosófico llamamos izquierda indefinida, es
decir, la que carece de un proyecto definido respecto del Estado (estos dos
artículos: http://www.armesilla.org/2016/10/critica-joaquin-robles-lopez-y-marat.html;
http://www.armesilla.org/2016/10/replica-marat.html; sobre la idea de
izquierda indefinida ver Gustavo Bueno, El
mito de la izquierda, Ediciones B, 2002). Entiendo que tu escrito
pidiéndome esta declaración deriva de la lectura de estos artículos.
Dividiré lo que sigue
en varios puntos: brevemente mostraré lo que siempre he sido, antifascista;
después trataré la cuestión del término populismo y por qué no puede entenderse
como algo peyorativo; a continuación trataré de explicar por qué el conflicto
entre China y EEUU abre una ventana de oportunidad histórica única que hay que
aprovechar; luego pasaré a mostrar textos que demuestran mi apoyo a la Revolución
Bolivariana; a continuación, explicaré por qué aplicar el término genocidio a
lo acaecido durante los tres siglos de Imperio Español en América no es
acertado ni en el fondo ni en la forma; y por último, y a modo de conclusión,
propondré caminos a seguir de cara al futuro, que espero te parezcan
interesantes.
I.
Siempre
fui antifascista, antirracista, antinazbol y enemigo de la extrema derecha. Y
siempre lo seré.
Antes de
entrar en materia en lo que respecta a las cuestiones históricas y filosóficas
que planteas, aquí te enlazo algunos artículos que he escrito en mi vida contra
la extrema derecha, el fascismo y el neofascismo: "Fascismo(s)" (http://www.armesilla.org/2013/12/fascismos.html); “Sobre el ataque a la librería Blanquerna en Madrid” (http://www.armesilla.org/2013/09/sobre-el-ataque-la-libreria-blanquerna.html); “El etnocacerismo: un nacionalsocialismo para el ‘Tercer
Mundo’” (http://www.armesilla.org/2014/09/el-etnocacerismo-un-nacionalsocialismo.html); “Acerca de ETA” (http://www.armesilla.org/2013/08/acerca-de-eta.html); “El choque de fascismos en Europa: Iberoamérica, la única
alternativa” (http://www.armesilla.org/2013/08/el-choque-de-fascismos-en-europa.html); “¿Qué fue, qué es, el fascismo?” (http://www.armesilla.org/2014/04/que-fue-que-es-el-fascismo.html); “El fascismo españolista: derecha no alineada antipatriótica” (http://www.armesilla.org/2013/07/el-fascismo-espanolista-derecha-no.html); “La economía de la Alemania Nazi” (http://www.armesilla.org/2013/07/el-fascismo-espanolista-derecha-no.html); “¿Puede un fascista volverse comunista?” (http://www.armesilla.org/2017/01/httpsizquierdahispanica7.html).
También he
criticado abiertamente el nacionalbolchevismo (o ideología nazbol, abreviado)
de la cual me acusan ser parte muchos de la izquierda indefinida, el trotskismo
y el proseparatismo. De hecho, el nacionalbolchevismo es una ideología que
defiende la balcanización de España y su sumisión a un bloque geopolítico
euroasiático. Sobre ello escribí en mi blog Paniberismo Socialista (ver enlace
aquí: https://paniberismosocialista.wordpress.com/2018/02/11/el-verdadero-pensamiento-nazbol/).
II.
Aclaraciones
sobre el término populismo.
Una vez hecho esto,
podemos continuar. Para poder contestar a todas las cuestiones que me
planteaste en tu mensaje, requeriría la elaboración de todo un ensayo, pues en
él recorres cuestiones filosóficas, históricas, políticas, geopolíticas e
ideológicas de gran calado. Sin embargo, me limitaré a resumir lo que creo es
fundamental respecto a lo que me señalas. Si acaso, me permitiré la licencia de
recomendar bibliografía que, estimo, es absolutamente necesaria para entender
todos los fenómenos que mencionaste, a la vez que enlazaré artículos míos que
han tratado aquellos.
En primer lugar, mi
definición de populismo de izquierdas o izquierda populista nunca ha sido
peyorativa, sino descriptiva. Sobre la definición del bolivarianismo como
izquierda populista escribí este artículo en la prestigiosa revista española Nómadas, hace seis años (enlace al
artículo: http://www.theoria.eu/nomadas/41/sjarmesilla_1.pdf).
Volví sobre el tema en el artículo “La Revolución Bolivariana se mantiene”
(ver: http://www.armesilla.org/2013/12/la-revolucion-bolivariana-se-mantiene.html),
y abundo sobre ello en mi más reciente libro, La política en 100 preguntas (Nowtilus, 2020), prologado por el
geopolitólogo Marcelo Gullo, profesor de Relaciones Internacionales en la
Universidad de Lanús, cuyo libro La
insubordinación fundante fue publicado por El Perro y la Rana (enlace: http://www.elperroylarana.gob.ve/wp-content/uploads/2016/12/la_insubordinacion_fundante.pdf).
Concretamente, vuelvo a revisar esta cuestión en la pregunta 94 del libro, “¿Es
el populismo la solución o un problema más?”. El populismo, como fenómeno de
masas, es estudiado por la politología desde hace mucho tiempo, y si bien tiene
connotaciones peyorativas estas siempre parten de la misma dirección, a saber:
desde las democracias liberales “políticamente correctas”, que ven las
democracias llamadas “populistas”, no liberales, como “políticamente
incorrectas”.
III.
La
oportunidad geopolítica que nos abre China, enemiga del separatismo antiespañol
y antivenezolano: la Iberofonía Socialista.
En segundo lugar, por
supuesto que me parece que el auge de la República Popular China supone la
apertura de una ventana de oportunidad para nuestras dos naciones, Venezuela y
España, en lo que respecta a poder salir de los yugos imperialistas
depredadores que las atenazan. Si bien existen transnacionales con sede fiscal
en España con una importante presencia en Suramérica o en África, nuestras dos
naciones tienen en común que sufren la tenaza del imperialismo estadounidense.
En concreto, España desde el año 1959 en que el presidente de EEUU entonces,
Dwight M. Eisenhower visitó a Franco para darle el abrazo del oso internacional en el marco geopolítico de la Guerra
Fría. España, desde entonces, posee dos bases aéreas de la OTAN en su suelo, la
naval de Rota y la aérea de Morón. Cuando España recuperó la democracia, entramos
en la OTAN en 1981, y esta entrada fue refrendada en plebiscito en 1986,
gracias a los ardides de nuestro presidente entonces, el vendepatrias Felipe
González, verdadero artífice de la subordinación española a poderes
extranjeros, tanto estadounidenses como
alemanes, pues nuestra entrada en la CEE en 1986, más luego el refrendo de la
UE en el Tratado de Maastricht en 1992, la sustitución de la peseta por el euro
en 1997 (ya con Aznar), y la modificación del artículo 135 de nuestra
Constitución en 2011, de cara a subyugar nuestra económica al pago de nuestra
deuda pública al Banco Central Europeo, sumado a la desindustrialización que
España sufrió para poder entrar en el club europeo (más de 60 empresas
estatales fueron privatizadas para tal efecto, ver aquí: https://www.larazoncomunista.com/post/el-robo-del-patrimonio-nacional-espa%C3%B1ol-durante-la-transici%C3%B3n-privatizaci%C3%B3n-y-desindustrializaci%C3%B3n),
nos convierte en un país sometido. Dos libros que tratan esta cuestión de
manera extensa son Soberanos e
intervenidos (Siglo XXI, 2011) de Joan E. Garcés, y La CIA en España (Planeta, 2006) de Alfredo Grimaldos. De cómo la
CIA empezó en España a gestar una izquierda indefinida, sin proyecto concreto
respecto del Estado y básicamente antinacional, trato en mi libro El marxismo y la cuestión nacional española
(El Viejo Topo, 2017), en la parte que dedico al infausto Congreso por la
Libertad de la Cultura, organismo creado con la ayuda de intelectuales
izquierdistas antisoviéticos que, en el caso de España, y para prevenir el auge
de un comunismo español fuerte, empezaron a fomentar ideas federalistas, confederalistas
y partidarias de un inaplicable a España, desde el marxismo, derecho de autodeterminación para
Cataluña, País Vasco y Galicia, línea pro-separatista que el Partido Comunista
de España dejó de lado a partir de 1938, como atestigua este discurso de José
Díaz, entonces Secretario General del PCE en plena Guerra Civil (“Lo que España
enseña a Europa y América”: https://www.marxists.org/espanol/diaz/1930s/tadl/61.htm).
La demostración de que
esta estrategia estaba equivocada se manifiesta a través del hecho de que línea
proseparatista que adoptó el PCE por influencia de la Komintern, se abandonó en
plena Guerra Civil porque se demostró contraproducente, de hecho presentaba al
bando republicano como rompepatrias ante los obreros españoles. Y solo se
recuperó bajo la acción del Congreso por la Libertad de la Cultura, repito,
auspiciado por la CIA (ver: http://www.nodulo.org/ec/2019/n186p03.htm).
Por ello, y porque negro sobre blanco, demuestro en aquel libro que no se puede
ser marxista y defender la balcanización de España, y que el proyecto marxista
en España solo puede ser jacobino, centralista y republicano, es por lo que
toda la izquierda indefinida proseparatista en España, y en otras latitudes, se
ha lanzado en contra de todos los que defendemos una España unida, soberana y
socialista. Además, sin leerse el libro, hecho que se demuestra por el
desconocimientos de mis argumentos y de los datos históricos irrefutables en
los que se basan. Por ello, no puedo condenar el anticatalanismo como me pides,
porque el catalanismo, ya desde sus orígenes en el siglo XIX cuando Valentí
Almirall escribió sus primeras obras, es una ideología racista, xenófoba e
hispanófoba. Con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, la burguesía
española de Barcelona (lo que luego se llamó burguesía catalana) perdió sus
últimos bastiones esclavistas y algodoneros. Culpando de ello a Madrid, es como
el catalanismo político emprende una deriva separatista, que en la década de
1930 se acercó al fascismo italiano, como prueban los grupos de Escamots, paramilitares de Esquerra
Republicana de Catalunya, liderados por los hermanos Josep y Miquel Badía, que
se dedicaban a apalizar y asesinar obreros anarquistas de la CNT en Cataluña,
por provenir de Castilla, Aragón, Extremadura y Andalucía. A estos obreros, el
catalanismo los llama charnegos,
término racista para referirse a los españoles provenientes de regiones de
fuera de Cataluña. Aparte de mi libro, que trata esta cuestión también, la obra
más documentada sobre ello es la del profesor de la Universidad de Barcelona,
Francisco Caja, titulada La raza
catalana: el núcleo doctrinal del catalanismo (Encuentro, 2009). Aunque el
catalanismo actual ha conseguido aumentar su base social recurriendo a la más
burda tergiversación de la historia en los planes de estudio en Cataluña, por
lo que su mayor apoyo está en los charnegos de segunda, tercera y cuarta
generación que han crecido estudiando falsedades, ese odio injustificado que llevan décadas sembrando y que sólo
beneficia a la burguesía catalana tan sólo ha logrado convencer a cerca de un
39% del total de la población catalana. Nunca han superado la mitad, por lo que
nunca han sido mayoría (ver: http://vicenteserrano.es/2018/01/04/el-sistema-electoral-espanol-otorga-la-mayoria-absoluta-al-nacional-secesionismo-en-cataluna-completo/).
¿Y qué tiene que ver todo esto con la ventana
de oportunidad que abre China? Es sencillo. China ha apoyado a España contra el
separatismo catalanista (como apoya a Venezuela contra una posible secesión del
Zulia), desde el inicio de la crisis secesionista de 2017, por varios motivos.
Primero, porque China
tiene el problema separatista de Hong Kong, más luego los del Tibet y
Xinquiang, azuzados desde el exterior, y por ello no simpatiza con ningún
movimiento separatista de ningún país, también porque está recuperando su
soberanía sobre Taiwán (en Hong Kong y en Taiwán ha habido pronunciamientos de
apoyo al separatismo catalán por parte de separatistas taiwaneses y
hongkongueses).
Segundo, porque China
necesita una España unida por la que pasen sus infraestructuras de la Franja y
la Ruta, que ya van a pasar por Italia y que empiezan a verse como posibles en
Portugal. La Península Ibérica es la puerta de Europa a Iberoamérica vía Cabo
Verde, donde ya cuentan con varias inversiones, llegando a Brasil, miembro de
los BRICS y el resto de América del Sur. Esta es una estrategia geopolítica
clave para China de cara a conformar ese anillo comercial y tecnológico con el
que pretende circunvalar nuestro Planeta, y por ello la balcanización de España
es contraria a su estrategia, la cual además está dirigida contra EEUU.
Y tercero, porque dicha
Franja y Ruta (en lo que respecta a la línea férrea de mercancías que iría de
Pekín a Lisboa) no va a pasar por Cataluña, sino por el oeste pirenaico, lo que
supone una pérdida de peso económico considerable para Barcelona, pero
beneficiando a la España vaciada, la que tiene menos población e
infraestructuras por los privilegios económicos que disfrutan Cataluña,
Navarra, País Vasco y Madrid. ¿Sabías, por cierto, que el País Vasco y Navarra
disfrutan de un concierto económico privilegiado desde 1981, sin posibilidad
legal de enmienda, que les permite recaudar casi el 95% de los impuestos
pagados en esas dos Comunidades Autónomas, pagando alrededor de un 5% al resto
de España? ¿Sabías que la mayoría de las industrias estatales o de capital
mixto se establecieron en País Vasco y Cataluña en la época Franquista? Para
que luego digan algunos en Venezuela, como Agustín Otxotorena, que los vascos
están “perseguidos” en España (ver Ley 12/1981, de 13 de mayo, por la que se
aprueba el Concierto Económico con la Comunidad Autónoma del País Vasco: https://www.conciertoeconomico.org/phocadownload/boe_1981_05_28_a11677-11687.pdf).
Los que fueron perseguidos fueron los trabajadores españoles, franceses y
ecuatorianos asesinados por ETA (sobre el racismo de ETA, de la autodenominada "izquierda abertzale" y de cómo se formó como escisión del Partido Nacionalista Vasco, ver Xabier Zabaltza (2006). Mater Vasconia: lenguas, fueros y discursos nacionales en los países vascos. Pamploa: Hiria Liburuak).
Es entendible, por
tanto, que desde posturas marxistas-leninistas, se apoye la integridad
territorial de las naciones canónicas, que es lo que hace China y es lo que
hago yo. Por eso soy antiseparatista (porque soy marxista), y me opongo tanto a
una Cataluña independiente como a un Zulia independiente en Venezuela, o un
Santa Cruz independiente en Bolivia. La ventana de oportunidad se da porque,
tanto Venezuela como Bolivia y España podrían apoyarse mutuamente aprovechando
el avance de China frente a EEUU, lo que queda del Imperio Británico y la UE,
para conformar una alianza estratégica, basada en la afinidad lingüística,
histórica y cultural, que sobre la debilidad estadounidense en particular, y
del mundo anglogermánico en general, recupere al mundo ibérico o iberófono
(todas las naciones que hablan español y portugués en todos los continentes, no
solo en América y Europa), pues solo desde grandes plataformas continentales
con una población que se acerque a la china se podrá poder decir algo en el
mundo de este siglo XXI. Ni Europa ni Latinoamérica pueden hacer eso. Solo desde
la Iberofonía, alrededor de 800 millones de personas que comparten dos lenguas
similares (portugués y español) es posible hacer eso. Y la ventana de
oportunidad para lograrlo está en el auge chino. Ventana que, si no se
aprovecha por seguir inercias ideológicas fracasadas, propias de los años
setenta del siglo pasado, no volverá a darse en muchísimo tiempo. Es
imprescindible para entender este marco geopolítico leer Iberofonía y paniberismo: definición y articulación del Mundo Ibérico
(Última Línea, 2018), de Frigdiano Álvaro Durántez Prados (su libro puede
descargarse íntegro aquí: https://paniberismosocialista.files.wordpress.com/2020/02/iberofonia-y-paniberismo-durc3a1ntez-2018-libro-en-pdf.pdf).
¿Por qué es importante
la cuestión geopolítica panibérica o iberófona? Porque en el siglo XXI y para
el porvenir, en el marco de una cada vez más feroz dialéctica de clases,
Estados e Imperios, los Estados de tamaño pequeño como España o mediano como
Venezuela no pueden competir solos a escala global ni poder tener algo que
decir fuera de una integración política culturalmente homogénea, que es lo que
permite una integración más sólida. Siempre apoyé a Chávez porque, desde las
posibilidades de Venezuela, trató de liderar una integración regional
alternativa al panamericanismo de la Doctrina Monroe. Pero esta integración
regional latinoamericanista no puede cerrarse solo al continente físico
americano. Esta visión es propia del siglo XX cuando el umbral de poder
consistía en plantar cara a EEUU. Ahora el mundo es más complejo y más basto, y
la prueba es el auge chino, nación con 1400 millones de habitantes. El mundo se
divide en plataformas continentales, que tienen en común una lengua
mayoritaria, una religión mayoritaria, un pasado imperial común, una población
de cientos de millones de habitantes, una historia política paralela, formas de
gobierno similares y fronteras comunes al menos entre dos Estados. Esas
plataformas continentales, ecúmenes culturales o comunidades post-imperiales
(según el autor que sea, las llama de distinta maneras), son de manera
efectiva, solo cinco: la Anglosfera (o Continente Anglosajón), el Mundo Eslavo
con Rusia al Frente, el Islam, China y las repúblicas socialistas que tienen
frontera con el país de Xi Jinping (Laos, Vietnam y Corea del Norte) y la
Iberofonía (traté esto en los siguientes artículos: http://www.theoria.eu/nomadas/41/sjarmesilla_3.pdf;
http://www.theoria.eu/nomadas/41/sjarmesilla_4.pdf;
http://www.fgbueno.es/bas/bas49a.htm).
El mero
latinoamericanismo se queda corto hoy día, y no basta ya porque países como
Venezuela, Brasil, México o Argentina tienen que romper el polo imperialista
neocolonial que supone la Unión Europea. Se necesita una unidad geopolítica
mayor (entiendo el latinoamericanismo como un modelo de integración formal; traté esta cuestión aquí: http://www.fgbueno.es/bas/bas49a.htm). Y rompiendo España en pequeños Estados no se consigue. Entiendo que el
apoyo de Aznar al golpe de Estado de 2002 supuso un punto de inflexión
lamentable en las relaciones entre España y Venezuela. Trotskystas y
secesionistas españoles se aprovechan de aquello. Pero esta tensión enemista al
pueblo español con Venezuela, supone la posibilidad de someter, aún más si
cabe, a los trabajadores españoles al yugo alemán (divide y vencerás), y merma
la capacidad de adaptación de la Revolución Bolivariana al nuevo umbral de
poder geopolítico que está naciendo. La política acertada de Venezuela respecto
de España tendría que consistir, desde parámetros marxistas, la defensa de una
Iberofonía Socialista, la liberación de Portugal y España del yugo de la Unión
Europea, el euro, el espacio Schengen y la OTAN y su acercamiento a los pueblos
hermanos iberoparlantes de América, África, Asia y Oceanía, respetando la
integridad territorial, la soberanía y la igualdad en las relaciones
internacionales. En vez de fomentar la división, fomentar la unidad. Fidel Castro
lo vio claro en esta alocución, la cual cité al final de El marxismo y la
cuestión nacional española: https://www.youtube.com/watch?v=khBe9Fj5VPY.
La posibilidad que abre
que China emprenda esta Segunda Guerra Fría contra EEUU para la Iberofonía (33
Estados soberanos en los cinco continentes, más de 800 millones de
iberohablantes de portugués y español, las dos únicas lenguas universales
mutuamente comprensibles) reside en que el umbral de poder geopolítico (expresión
de Marcelo Gullo) se eleva de tal manera que las alternativas que representan
regiones como ALC (América Latina y el Caribe) o la UE (Unión Europea) ya no
sirven para contrarrestar el nuevo mundo que está naciendo. Y el acercamiento
ALC-UE, que solo pretende convertir Iberoamérica en un mercado para las
lavadoras alemanas a través de España y Portugal, solo es otra forma de
capitalismo más. La Iberofonía Socialista, desde un movimiento que se puede
llamar Paniberismo Socialista, es la única alternativa hoy que, manteniendo la
igualdad entre las naciones, la soberanía e integridad territorial de todas
ellas, el respeto a su idiosincrasia política e independencia, a sus ritmos y a
su diversidad cultural, es lo que nos puede situar en el mapa de nuevo como una
comunidad intercontinental que tenga algo que aportar al resto del Mundo. Todo
lo que vaya en contra de esto, desde una perspectiva marxista y revolucionaria,
es contrario al bien de todos.
IV.
Siempre
apoyé a la Revolución Bolivariana.
En tercer lugar, el
apoyo a la Revolución Bolivariana que me pides puede leerse en varios artículos
escritos por mi hace años (ver “Chávez”: http://www.armesilla.org/2013/03/chavez.html;
“A 15 años del primer triunfo electoral de Hugo Chávez en Venezuela”: http://www.armesilla.org/2014/02/a-15-anos-del-primer-triunfo-electoral.html;
“Lecciones de Venezuela a España que los izquierdistas españoles no pueden
asumir”: http://www.armesilla.org/2013/09/lecciones-de-venezuela-espana-que-los.html;
“Elecciones venezolanas 2005: prueba implacable del éxito de la Revolución
Bolivariana”: http://www.armesilla.org/2014/02/elecciones-venezolanas-2005-prueba.html;
y “Filosofía y socialismo”: http://www.armesilla.org/2013/06/filosofia-y-socialismo.html).
Son siete artículos. Cuando estuve en Caracas, me encontré con bolivarianos
que, a pesar de su orgullo y militancia inquebrantable con la Revolución, eran
muy autocríticos con el devenir de la misma. De hecho cuando los conocí, me
explicaron antes lo que, según su criterio, estaba mal, que lo que estaba bien.
Pues bien, si yo tengo que hacer una crítica a la Revolución Bolivariana, la
mayor que le hago, más allá de la gestión económica (que está influida por el
fuerte bloqueo estadounidense, dejando de lado errores propios internos de la
gestión), tiene que ver con otra cuestión que me pides, la de condenar el
“genocidio español en América” y los supuestos “60 millones de pobladores originarios
asesinados por el Imperio”.
V. Sobre
el concepto de genocidio y por qué no se puede aplicar a la Historia del
Imperio Español. Qué es la Leyenda Negra y por qué nos afecta también como
socialistas.
Desconozco de dónde has
sacado los datos de los “60 millones”, pero ningún historiador serio, hoy día,
los sostiene. De hecho, algunos hablan incluso de 90 millones de asesinado,
pero miremos las cifras desde la aritmética más simple. La población española
emigrada desde la España peninsular a América durante la primera mitad del
siglo XVI, época de la conquista y del consecuente “genocidio”, no pasó de las
50.000 personas. Teniendo en cuenta que en esa cifra había mujeres y niños, los
varones adultos que llegarían serían en torno a 40.000. Si los asesinados en
aquel siglo fueron 60 millones de personas, como afirmas, la división
60.000.000 / 50.000 (incluyendo mujeres y niños asesinos) daría un total de
1200 indígenas asesinados por cada “maléfico español genocida”. Y además de matar
cada español llegado a América a 1200 indígenas con una mano a espada, con la
otra tenían que buscarse el sustento, construir su casa, alimentar a su
familia, colaborar en la creación de la nueva sociedad hispanoamericana, etc.
Es decir, eran superhombres, si no se
entiende que fueran capaces de realizar tamañas barbaridades. Ese ritmo de
matanzas, por pura lógica, no se sostiene, teniendo en cuenta, además, las
poquísimas y primitivas armas con las que contaban. (Ver: https://www.historiadelnuevomundo.com/10-razones-que-desmontan-el-genocidio-indio-en-america).
Pero, ¿cuánta población
tenía la América precolombina? Se desconoce realmente. La corriente alcista
poblacional (Sulmich, Borah, Dobbyns), habla de entre 90 y 150 millones de
personas. La bajista (Kroeber, Rosenblat) de menos de 20 millones. Y la
intermedia o moderada (Denevan, Rivet, Spinden, Sapper) de entre 40 y 60
millones. Incluso hay posturas extremas como las de Riccioli (300 millones) y
Kroeber (8,4 millones). Teniendo en cuenta estos datos poblacionales, y el
ritmo de matanzas calculado en el párrafo anterior, se tendría que haber
aniquilado a más población de la que efectivamente vivía en América antes de
1492, tanto en las cifras de la corriente moderada como de la bajista, porque
nadie toma en serio las corrientes alcistas. De hecho, según la corriente
bajista (ver la obra del hispanista venezolano Ángel Rosenblat La población indígena y el mestizaje en
América, Biblioteca Americanista 1954), en 1570 la población amerindia se
redujo de 13 a 11 millones de personas, principalmente por la transmisión de
enfermedades desconocidas por los pueblos originarios como la viruela, cuestión
esta que no puede achacarse a los españoles como “genocidio” pues no había
intención alguna de enfermar a los indios del Caribe. Afirmar esto es tan
ridículo como llamar “virus chino” a la COVID-19, como hace Trump, sugiriendo
intencionalidad a China para enfermar todo el Planeta. Aun así, en 1570 la
población indígena era del 96% del total de súbditos del Imperio Español en
América. Hacia 1650, a pesar del aumento de población total, la población
indígena pura se redujo al 80% debido al mestizaje. Y en 1940, tan solo el 6%
de la población total de las repúblicas hispanoamericanas era indígena pura y
el resto mezcla. Ese 6%, según Rosenblat, que repito sigue la corriente
bajista, corresponde a 16 millones de indígenas.
En conclusión, y
siguiendo al venezolano Rosenblat, en 1492 vivían 13 millones de amerindios,
que se reducen a 11 millones hacia 1570 debido a la transmisión enfermedades y
a las guerras de conquista que hubo, en las cuales participaron pocos españoles
peninsulares, y sí unos indígenas contra otros, como en la conquista del Estado
azteca. De 1570 a 1940, debido a la pacificación y al aumento del nivel de
vida, la población indígena pura, sin contar los mestizos, pasó de 11 millones
a 16.
Dices que hay que
condenar todos los imperialismos porque no hay “imperios buenos e imperios
malos”. No es una cuestión moral, sino de datos históricos y factuales. Según
The World Factbook (datos de 2019), la población indígena y mestiza en Honduras
es del 97%, del 92% en Ecuador, del 90% en México, del 88% en Bolivia y del 85%
en Perú. ¿Y en Norteamérica, donde gobernó el Imperio Británico? Solo un 4,4%
en Canadá, y en EEUU es aún peor (2,9% mestizos y solo un 0,92% de pueblos
originarios). Si había más habitantes originarios al final del Imperio Español
que antes de la llegada de Colón (datos
de Rosenblat), y encima el mestizaje en los países hispanoamericanos fue tan
notable, ¿dónde está el genocidio? Es más, ¿qué es un genocidio?
Según el Artículo II de
la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de la
Asamblea General de la ONU del 9 de diciembre de 1948, genocidio es cualquier acto
cometido “con la INTENCIÓN (mayúsculas
mías) de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial
o religioso como tal”, incluyendo los siguientes actos: a) Matanza de miembros
del grupo; b) Atentado grave contra la integridad física o mental de los
miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de
existencia que hayan de acarrear su destrucción física total o parcial; d)
Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; y d)
Traslado forzoso de niños del grupo a otro grupo.
En base a esta
definición, y a la demografía mencionada en el párrafo anterior, no hubo
genocidio español en América porque no hubo “intención” alguna de exterminio de
los pueblos originarios, más bien al contrario. Pero, ¿Se realizaron actos
brutales contra la población originaria, por ejemplo mediante la acción de
encomenderos, la ejecución de la mita, o la explotación de indios en las minas
del Potosí, por no mencionar la esclavitud africana? Por supuesto, y todo ello
es condenable. Pero, ¿el Imperio Español no trató de proteger a su población
india desde el comienzo? También es cierto, y lo trato en mi libro Breve Historia de la Economía (Nowtilus,
2019).
El Consejo de Indias
controlaba todo lo que jurídicamente ocurría en la América española. Pero antes
de su creación en 1524, Isabel la Católica castigó a Cristóbal Colón por
esclavizar a 1600 indios, y en 1500, por Real Provisión firmada en Sevilla,
ordenó que todos los indios que se encontraban en España fuesen puestos en
libertad y devueltos a sus “naturalezas” en América, e instó en 1501 al
gobernador de La Española, Nicolás de Ovando a tratar a los originarios “como
nuestros buenos súbditos y vasallos, y que ninguno sea osado de les hacer mal
ni daño”. En 1503, la reina Isabel instó al mestizaje sexual entre españoles y
originarios, ordenando a Ovando a fomentar los matrimonios mixtos (que
existieron durante todos los tres siglos que duró el Imperio), pues los indios
“son vasallos libres de la Corona española [...] e que ansímismo procure que
algunos cristhianos se casen con algunas mugeres yndias, e las mugeres
cristhianas con algunos yndios, porque los unos e los otros se comuniquen e
enseñen [...]” (ver: https://cualia.es/isabel-de-castilla-protectora-de-los-indios/).
En 1511, el rey Fernando el Católico, inspirado en el testamento de la difunta
reina Isabel, impulsó las Leyes de Burgos, que abolieron la esclavitud de los
indios americanos, reconociéndolos como súbditos del rey, con derecho a
propiedad personal, a la libertad y con el deber de trabajar para la Corona
como el resto de súbditos de la misma. Es decir, ya eran, de iure y de facto,
españoles. La encomienda y el requerimiento fueron las instituciones elaboradas
para confirmar tal ley. No obstante, se siguieron produciendo abusos, como
probó la revuelta de encomenderos en Perú, de 1544, abortada en 1548, siendo
muchos de ellos ajusticiados. Se revisaron las Leyes de Burgos y se aprobaron
las Leyes Nuevas, ya con Carlos I como rey, inspiradas en las ideas del
convencimiento (frente al requerimiento) de Francisco de Vitoria y otros
teólogos y filósofos de la Escuela de Salamanca. A partir de entonces, el
Imperio y la Iglesia se dispusieron entre otras cosas, a conformar gramáticas
de lenguas precolombinas (quechua, náhuatl, guaraní, aymara, etc.), pues la
“aculturación” que criticas no fue tal, sino que se dio un proceso de
influencia recíproca, a través de mestizaje sexual, cultural y lingüístico. La
tortilla española sería imposible sin América. Como decía, las Leyes Nuevas
mejoraron las Leyes de Burgos, pues suprimieron las encomiendas además de la
esclavitud a los indios.
Incluso entre 1550 y
1551, en la Junta de Valladolid, Carlos I paró un año el avance de la Conquista
de América para tratar si lo que se estaba haciendo estaba bien o mal. ¿Qué
otro Imperio ha hecho eso? Bartolomé de las Casas y Juan Ginés de Sepúlveda
fueron los ponentes de dicha Junta. A partir de dicha Junta, los indios
tuvieron derecho a la propiedad, a la herencia, a participar en el gobierno de
su país (algo garantizado por los Juicios de Residencia, en los que participaban
indios y mestizos, y que permitían expulsar de América a funcionarios españoles
que no cumpliesen las leyes), entre otros derechos (te recomiendo leer el De Relectio de Indiis, escrito por
Francisco de Vitoria). Es decir, las órdenes de Isabel la Católica, las Leyes
de Burgos, las Leyes Nuevas y la Junta de Valladolid son, por consenso
histórico, los antecedentes de los Derechos Humanos que tanto defendió el
comandante Hugo Chávez. Dichas leyes se aplicaron, y muchos funcionarios
abusivos, así como encomenderos, fueron encarcelados, expulsados de América e,
incluso, ejecutados (por decapitación). Por no hablar de las veinte
Universidades fundadas en América por el Imperio, de las que salieron más de
150.000 licenciados y doctores (donde se codificaron las lenguas
precolombinas), o los más de mil hospitales que se fundaron en esos tres
siglos. ¿Cuántas Universidades fundó en América el Imperio Británico, con el
cual equiparas al Imperio Español?
Entonces, ¿por qué me
pides que condene la acción del Imperio Español en América y la iguale a la
acción de los británicos en Norteamérica, en Tasmania o Namibia, donde sí
realizaron genocidios deliberados? Porque, y esta es mi principal crítica al
bolivarianismo, este movimiento político venezolano ha asumido sin masticar la
Leyenda Negra antiespañola, la cual además está siendo impulsada, para
dividirnos, por el Imperio Estadounidense. Sin saberlo, le hacéis el juego al
enemigo. ¿Y qué es la Leyenda Negra? Es la propaganda generada contra España
por Imperios competidores en el siglo XVI (venecianos, genoveses, neerlandeses,
franceses y, sobre todo, británicos) y por el protestantismo (luteranos,
calvinistas y anglicanos) en la que, con pretextos políticos y apoyados en
grandes aparatos de propaganda impresa, culparon a España de los peores
crímenes posibles en América, así como de tener la peor inquisición cristiana
(cosa que no es cierta: en tres siglos de existencia, la Inquisición Española
ajustició a 3000 personas, diez por año; solo por brujería, fueron ajusticiadas
más de 50.000 mujeres entre el siglo XVI y el XVIII solo en el Sacro Imperio
Romano Germánico, ver Pedro Ínsua, 1492:
España contra sus fantasmas, Ariel 2018), de vivir en el atraso por
expulsar a los judíos (España se convirtió en superpotencia mundial tras
expulsar a los judíos, y no fue ni el primer ni el último Estado en expulsarlos
de su territorio, ni tampoco fue el que realizó las persecuciones más duras,
ver https://www.larazoncomunista.com/post/la-expulsi%C3%B3n-de-los-jud%C3%ADos-de-1492),
etc.
La cuestión es que
dicha Leyenda Negra fue absolutamente asumida por las oligarquías criollas que,
apoyadas por el Imperio Británico, hegemonizaron los procesos de independencia
en América frente a los realistas (curioso, porque no existen criollos sin el
Imperio Español). Dichas oligarquías criollas asumieron totalmente dicha
Leyenda Negra, dicha propaganda, y consiguieron expandirla, vía educativa, a
toda la población con el paso del tiempo. La intención aquí era doble: por un
lado, romper vínculos con España; por el otro, partir Hispanoamérica en
pequeños Estados productores de monocultivos y exportadores de materias primas
controladas por el Imperio Británico, superpotencia hegemónica sin rival en el
siglo XIX, que así se aseguraba el total control del comercio en el Atlántico
que siglos antes fue monopolizado por el Imperio Español. Así, la antigua
potencia era vencida por los anglosajones, que fueron los que asentaron el
colonialismo capitalista realmente existente, contra el cual, por cierto, se
rebelaron políticos de la talla de Juan Domingo Perón.
Lo terrible es que la
España peninsular también tiene una clase dirigente antipatriota, heredera de
la Guerra de Sucesión que permitió el arribo de los Borbones al poder frente a
los Austrias. Esta elite, en España, también tiene totalmente asumida la
Leyenda Negra antiespañola, que magnifica lo malo y oculta lo bueno de nuestra
Historia, y que ha alimentado tanto al separatismo catalán como al vasco.
Conectando la cuestión
de la Leyenda Negra con la necesidad de unidad geopolítica iberófona, hay que
tener en cuenta que el Imperio Español cayó porque era inevitable que cayera.
Era incompatible con el modo de producción capitalista que enarbolaba y logró
implantar el Imperio Británico. El Imperio Español nunca volverá. Defender su
reconstrucción es una estupidez nostálgica. Pero dicho Imperio, junto con el
Imperio Portugués, con el cual se comparte una raíz común nacida durante la
Reconquista mediante la independencia de Portugal y Castilla respecto del Reino
de León, el cual es una evolución del Reino de Asturias, y a pesar de las
diferencias históricas de ambos Imperios, han legado lo que podríamos denominar
“restos del naufragio” de ambos. Esos “restos” son 33 Estados soberanos, dos
lenguas universales mutuamente comprensibles que hablan más de 800 millones de
personas en los cinco continentes, elementos culturales, antropológicos y
sociológicos comunes, y un modo de estar en el mundo muy similar. No aprovechar
esos “restos del naufragio” de ambos Imperios para construir unidades
geopolíticas nuevas, socialistas, en amistad con Rusia y China, y plantando
cara al capitalismo anglogermánico, fomentando separatismos y odios entre
naciones hermanas, es un suicidio político que se pagará caro.
En base a todo ello, y
porque soy materialista (marxista), me debo a la verdad histórica, y no puedo,
por tanto, condenar algo que jamás ocurrió. El bolivarianismo tiene una
asignatura pendiente con la Leyenda Negra antiespañola, aunque esta hispanofobia
endógena es común prácticamente a todo el espectro ideológico venezolano, pues
es posible encontrar escuálidos antiespañoles. La asimilación de la Leyenda
Negra es, salvo excepciones, transversal a todas las ideologías políticas
existentes hoy en Hispanoamérica ¿Eso es prueba de la supuesta verdad del “genocidio español en
América”? No, es prueba de que la Leyenda Negra, en términos marxistas, está
absolutamente incrustada en la superestructura ideológica de todos los Estados
hispanoamericanos, incluida España, desde las independencias, por influencia
anglosajona. Y esto, ¿a quién beneficia? Pues al Imperialismo Estadounidense,
que viendo que nos pegamos entre nosotros asumiendo mentiras históricas, nos
tiene divididos y, así, continúa con su hegemonía política, económica y
cultural.
VI.
A
modo de conclusión. Urge un cambio de alianzas políticas, una revisión de
nuestra Historia compartida y la construcción de una teoría política
revolucionaria paniberista que acerque a españoles y venezolanos en vez de
alejarles y enemistarles.
Para concluir te diré,
aunque suene algo brusco, que yo solo pretendo vivir de mi trabajo como docente
e investigador. Jamás voy a defender una mentira histórica, ni a vender mis
principios patrióticos y marxistas, a cambio de viajes para disfrutar de una
suerte de turismo político, premios, prebendas o apoyos económicos para mi
labor política. La República Bolivariana de Venezuela tiene, gratis, toda mi
simpatía y apoyo. Ahora bien, os equivocáis de cabo a rabo si, en vez de tener
como aliados a separatistas vascos y catalanes, o a progres y trotskystas, no
os conseguís ganar al conjunto de la población española que, en su inmensa
mayoría, es patriota, antiseparatista y defensora del bien común.
Te envío un cordial
saludo, Luis.
Atentamente,
Santiago Armesilla.