Publicado en el blog oficial del PCE-Agrupación de Vicálvaro: https://pcedevicalvaro.wordpress.com/2016/10/20/2a-fase-del-xx-congreso-d...
Publicado en el blog oficial del PCE-Agrupación de Vicálvaro:
https://pcedevicalvaro.wordpress.com/2016/10/20/2a-fase-del-xx-congreso-del-pce-reconstruir-el-partido-en-lo-organizativo-fortalecerlo-en-lo-ideologico/
En breve, después de afrontar una primera fase del XX Congreso del PCE y de llevar a cabo una nueva convocatoria electoral, hemos de afrontar la segunda fase del XX Congreso, que a nuestro juicio, ha de ser histórica. Histórica porque ha de marcar un cambio radical en las políticas del Partido, en su organización interna y en su marco ideológico. No hay que dejar de lado los acuerdos vigentes que se tomaron en la 1ª Fase, los cuales suponen un fuerte cambio de la política del PCE en relación a estos últimos años, en especial aquellos que tienen que ver con la UE y el Euro, con nuestra soberanía y autonomía política en relación con Izquierda Unida así como con nuestra política sindical.
También, queremos hacer constar, que la forma en la que la dirección federal ha convocado el XX Congreso, dista mucho de ser la correcta, como ya argumentamos numerosos camaradas durante la 1ª Fase. Creemos que no se ha buscado fomentar un debate rico y participativo ampliando en dos fases los días en los que se celebraba el XX Congreso, más bien consideramos que se trata de una maniobra para eludir la presentación de un informe de gestión (que auguramos estará vacío de contenido) y la rendición de cuentas por parte de la dirección federal, y en concreto, del camarada Secretario General, José Luis Centella. Una maniobra que ha salido bien, retrasando la segunda fase hasta finales de año, o, posiblemente, hasta 2017, fecha en la que correspondería el congreso ordinario de no ser por la vigente convocatoria extraordinaria. Ante esta situación, creemos que si el propósito inicial de la “convocatoria parcelada” era fomentar y garantizar un debate amplio, la última forma de conseguirlo es retrasarlo de esta forma: hubiera bastado con dos fines de semana consecutivos de debate intenso y participativo, con un número de delegados mucho mayor al que se tuvo, para así garantizar mayor presencia de las bases en el XX Congreso. Por estas razones, hacemos juicio de que retrasar tanto la segunda fase responde a intereses políticos relacionados con el proceso de la XI Asamblea Federal de Izquierda Unida y de las elecciones del 26J, sendos procesos comprendidos entre ambas fases.
Las y los que suscribimos este comunicado, somos militantes de base del PCE, que trabajamos duro y continuo porque el Partido esté presente y visible en las calles, en los centros de trabajo, en los distritos. Todos y todas hemos luchado por, para y desde el Partido, construyendo una referencia de lucha allí donde haya un conflicto, una injusticia o una movilización. Un trabajo que hacemos desde nuestra convicción comunista, desde nuestra conciencia de clase, sin tapujos, sin escondernos en fachadas partidistas. Es por ello que, en el mejor de los casos, los manifiestos, políticas, propuestas, materiales etc, surgen de las federaciones del Partido o de las Agrupaciones de base, por propia iniciativa, con una total falta y ausencia de dirección federal que presente y lleve a cabo una política estatal. Una línea política que los y las comunistas de todo el estado puedan tomar como referencia para adaptarla a las particularidades concretas de cada ámbito de lucha, más allá de lo que puedan hacer las federaciones del Partido o las Agrupaciones de base.
Durante estos últimos años hemos asistido a un abandono total de las Agrupaciones por parte de nuestra dirección, enfrascados en luchas internas y de poder, y olvidándose de la militancia que contra viento y marea han resistido a estos avatares como lo han demostrado en las pasadas elecciones, con una dedicación entusiasta y ejemplar. Tenemos una sensación de abandono, poca preocupación de nuestra dirección por las Agrupaciones, falta de líneas políticas claras o inexistentes, ¿cuántos años llevamos sin oír hablar de organizar cursillos políticos dirigidos a la militancia?
Por todas estas razones, queremos hacer constar una propuesta política de reconstrucción del Partido en lo político y en lo organizativo, pues creemos que todo lo descrito es consecuencia de una estructura orgánica que no permite a las bases pronunciarse y tomar decisiones vinculantes, además de limitar la acción del Partido a debates filosóficos y folclóricos en lo interno, sin una política activa en lo externo y sin rendir cuentas en los órganos pertinentes.
[Política financiera y comunicativa: Un Partido soberano económicamente que no dependa de las instituciones, ni de IU. Por un nuevo concepto de Mundo Obrero]
Un partido revolucionario y rupturista nunca debería endeudarse y tampoco depender de las instituciones. Es por ello que la reconstrucción organizativa va ligada a la reconstrucción financiera, planteando mecanismos de financiación autónomos y propios. Se trata de tener una soberanía económica que permita desarrollar al Partido su propia política, con especial importancia en la difusión de ésta. Fomentando la difusión de Mundo Obrero (que hace unos meses no llega a las bases por dificultades económicas) y replanteando su perfil, haciéndolo más atractivo para la sociedad, no limitándose a ser un documento con contenidos únicamente destinados a los militantes. Incentivar, potenciar y modernizar otras ramas informativas, como la Página Web, las redes sociales y el fomento del debate ideológico y formativo de la militancia.
[Marxismo-Leninismo]
Por todos estos motivos, el PCE debe platearse que la estructura organizativa heredada de la transición para un Partido con el único objetivo de presentarse a las elecciones no es la correcta, pues con ella se ha llegado a todas las consecuencias antes descritas, ya que ha supuesto el abandono de la organización de las y los comunistas en todos los frentes, especialmente en el movimiento obrero, renunciando por un lado a extraer del conflicto capital-trabajo a sus componentes más conscientes, y por otro renunciando a trasladar la táctica del Partido a través de las correas de transmisión.. Un Partido Comunista ha de caracterizarse por tener una serie de principios tanto ideológicos como organizativos encaminados a un fin: la toma del poder por parte de la clase obrera, para la transformación revolucionaria de la sociedad. Para ello es de especial importancia la organización sectorial y territorial, en la que los y las comunistas analicen la situación concreta de cada ámbito, llevando al mismo la política del Partido fruto del debate de la
base, fruto de la democracia interna. La herramienta, tanto organizativa como ideológica para llevarlo a cabo es el marxismo-leninismo.
base, fruto de la democracia interna. La herramienta, tanto organizativa como ideológica para llevarlo a cabo es el marxismo-leninismo.
Queremos dejar claro que estaremos en contra de que el debate por el marxismo-leninismo se reduzca a una cuestión meramente folclórica y nominalista. No queremos cambiar un término de nuestros estatutos, queremos un marco ideológico que no sólo es la denominación de la mayor parte de los partidos comunistas del mundo, sino que también es la herramienta en la praxis que puede garantizar un debate serio, metódico y respetuoso entre camaradas a la hora de analizar el mundo actual y transformarlo. En definitiva, es la herramienta que permite el análisis concreto de la realidad concreta, es decir, del ahora. La decisión del Partido Comunista de España durante el IX Congreso de abandonar el concepto de leninismo iba mucho más allá del cambio en el uso de términos o identidades a lo que normalmente se pretende reducir lo que se escondía tras ello: era la renuncia a la perspectiva revolucionaria y la decisión de considerar el escenario principal de acción política del Partido Comunista en el campo electoral. Por esta razón, queremos reivindicar el carácter no nominalista de este manifiesto, pues proponemos cambiar las tornas y recuperar la perspectiva revolucionaria de la lucha del Partido.
[Centralismo Democrático]
Todo ello va ligado a recuperar el centralismo democrático como sistema de debate y toma de decisiones en lo interno. Es decir, las decisiones se toman en la base y llegan hasta la dirección, desde donde se hacen extensivas a toda la organización (es decir de abajo a arriba y de arriba a abajo) pues es el resultado del debate interno de la misma y por ello desde ese momento es obligatorio cumplir con el resultado. El tiempo ha venido a demostrar que el abandono del Centralismo Democrático sólo tuvo como consecuencia el debilitamiento de la organización y la entrada en un proceso anarquizante que sin embargo no ha atajado los vicios burocráticos. La nueva realidad viene a decirnos que es posible la profundización de la democracia interna sin renunciar a que el Partido actúe con una misma táctica en todos los frentes.
Para garantizar el pleno funcionamiento del Centralismo Democrático el Partido se ha de dotar con las herramientas democráticas necesarias: rendición de cuentas periódica por parte de la dirección ante los órganos pertinentes; presencia continua de la dirección en las bases, conociendo a éstas y los problemas a los que se enfrentan; toma de decisiones en el Partido, fruto del debate y la democracia interna del mismo; unidad de acción en lo externo, en todos los frentes.
En definitiva, un Partido marxista-leninista que tenga una estructura que asegure la plena participación de la militancia mediante el centralismo democrático, que todas las organizaciones posean los mismos recursos, mediante el centralismo financiero, que toda responsabilidad rinda cuentas ante los militantes; que la militancia tenga un lugar de toma de decisiones y de discusión con toda la organización mediante estructuras sectoriales o células, que se mantenga la crítica y la autocrítica, la unidad de acción y la disciplina sana de Partido y lo más importante: establecer en colectivo o Agrupación la táctica y la estrategia. No se trata de no tener contradicciones, sino de superar esas contradicciones.
[Formación de cuadros]
La mejor garantía de tener un partido guiado por la teoría marxista-leninista y los principios del centralismo democrático, es la formación de cuadros del partido, educados en el análisis materialista de la realidad concreta y en la práctica de la crítica y la autocrítica.
Cuadros dirigentes, cuadros teóricos, cuadros de base, cuadros de masas… capaces de dirigir el partido de abajo a arriba y de arriba abajo en todos sus frentes. Cuadros guiados no solo por su buena voluntad o su lealtad al partido sino armados con una amplia formación en la teoría, los principios y los métodos de organización y dirección colectiva.
[Un Partido Republicano, en el nombre y en la praxis]
El Partido Comunista de España ha de presentarse abiertamente republicano, antimonárquico. No sólo en el nombre, sino en la lucha diaria hacia ese fin tan necesario: La República. Creemos necesario reseñar esta lucha, no sólo porque consideramos que es una necesidad tan actual como histórica, sino porque la Dirección actual ha preferido estancarse en el electoralismo barato apartando de facto la lucha republicana. Lo pone de manifiesto un comunicado reciente enviado a toda la militancia por parte de la dirección, en el que la camarada Gloria Aguilar, Responsable Movimiento Republicano y Memoria Democrática del PCE, comienza diciendo “Pasado ya el momento electoral, creo que es el momento oportuno para la puesta en marcha de “LA REPÚBLICA COMO BASE DE UN PROYECTO DE NUEVO PAÍS” ”. ¡Como si la lucha republicana, entre otras, hubiera que apartarla cuando vienen elecciones!
Un partido marxista-leninista siempre ha de poner la lucha diaria de la clase trabajadora por encima de oportunismos y electoralismos. Y ha de afirmar, sin tapujos, nuestro rechazo a una institución decimonónica como la Monarquía, que no sólo fue legitimada y heredada del franquismo, sino que en pleno siglo XXI mantiene el derecho de sangre y machista a ocupar el trono, viendo constitucionalmente refrendada su autoridad sobre el resto de la nación. También, rechazar firmemente la idea de tener un monarca como árbitro de la política nacional que, además, no es nadie respecto a las políticas comunitarias europeas.
[Finalizando…]
Demandamos un Partido Comunista de España que vuelva a los ideales que llevaron a nuestro pueblo a la victoria del Frente Popular, los de la dirección encabezada por José Díaz y Dolores Ibárruri, “La Pasionaria”. Un PCE que se reivindique de la tradición de aquellos y aquellas camaradas que denunciaron la deriva eurocomunista y socialdemócrata que nuestro Partido tomó y que continúa padeciendo.
No sólo hay que reivindicar la historia, sino también tratar de superarla. Hay que ir más allá desde el aquí y ahora, y ese más allá está muy claro: República, Soberanía Política y Económica, no a la OTAN y no al modelo actual de Unión Europea y Euro.
Un PCE en lucha, como vanguardia de la clase trabajadora, independiente en lo organizativo y en lo financiero. Un Partido fuerte, cohesionado, con plena soberanía política a la hora de decidir qué estrategia seguir, qué política defender, qué alianzas tomar en pos del cambio revolucionario de la sociedad. Somos comunistas, tenemos un papel que cumplir en la historia. Hagamos del PCE la herramienta eficaz que necesita nuestra clase, sólo la militancia de base puede reconstruir el Partido. Por ello, animamos a toda la militancia de base a llevar este manifiesto a sus Agrupaciones, a sus órganos de dirección, a sus frentes de lucha con el fin de sumarse a esta tarea de reconstrucción. Está en nuestra mano, camaradas.
PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA – AGRUPACIÓN DE VICÁLVARO