Artículo publicado en La República y en Crónica Popular: http://www.larepublica.es/2015/01/sobre-el-atentado-a-charlie-hebdo-y-el-is...
Artículo publicado en La República y en Crónica Popular:
http://www.larepublica.es/2015/01/sobre-el-atentado-a-charlie-hebdo-y-el-islamismo/;
http://www.cronicapopular.es/2015/01/sobre-el-atentado-a-charlie-hebdo-y-el-islamismo/
http://www.cronicapopular.es/2015/01/sobre-el-atentado-a-charlie-hebdo-y-el-islamismo/
Antes de empezar este artículo, y
para evitar (algo en muchos casos casi imposible) suspicacias por parte de
algunos, comento lo siguiente. Durante la Revolución Rusa se incorporó a las
filas bolcheviques Mirsaid Sultan-Galiev, un tártaro que tuvo una considerable
relevancia como militante comunista en la década de 1920 en la URSS. En esa época
propugnaba ya una mezcla entre comunismo e Islam. En 1923 fue ya encarcelado
debido a sus desviaciones ideológicas y su peligro de desunión de la nacida y
precaria Unión Soviética por órdenes de Stalin, el cual ya era desde el 3 de
abril de 1922 Secretario General del Comité Central del Partido Comunista y
mandaba en la Oficina Organizativa del Comité Central del Partido (Orgburó)
en la URSS. Sultan-Galiev fue fusilado en 1940. Y lo fue por querer vestir al
marxismo con el velo islámico.
Una vez dicho esto, sentando las
bases de la que debería ser, a mi juicio, la posición de los comunistas
respecto del Islam, pasemos al artículo.
Mi último artículo publicado aquí
se llamaba "Los siete grandes tabúes de las izquierdas españolas".
En el señalo los que son, a mi juicio, las siete cuestiones políticas, sociales
y culturales que ideológicamente se aceptan como parte del paquete de "ser
de izquierdas" en España. Merece la pena recordarlos.
El primer tabú es el de la nación
española, y consiste en negar que España es una nación política (un Estado
nación) y que existe como tal y que hay que defenderlo porque ello conlleva
defender la unidad de los trabajadores en la única plataforma política por la
que merece la pena luchar y por la que merece la pena organizarse. Este tabú
sigue incomprendido por muchos como mostraron algunos comentarios, que tienen
una noción nacionalsocialista de la idea de nación al señalar que España es una
nación "artificial" (un Estado) mientras que las naciones
"naturales" son las étnico-lingüísticas. Quien desde cualquier
izquierda, incluida la comunista, defienda esto, no es más que un analfabeto
funcional y un enemigo de los trabajadores, además de un rompepatrias, siempre
aliado de los vendepatrias neoliberales.
El segundo tabú es el del
europeísmo. Todavía hay gente que asocia Europa con progreso social y con libertades
cívicas y políticas. Pero Europa, como idea política, siempre ha estado
asociada o al capitalismo o al fascismo, además de haber sido siempre un
continente inestable, en guerra perpetua inevitable entre Estados que pretenden
devorarse unos a otros, que solo ha podido mantenerse en paz desde el final de
la Segunda Guerra Mundial y por la hegemonía depredadora de un Imperio externo:
los Estados Unidos de América. Ahora que inevitablemente se firmará el TTIP, el
europeísmo jugará su papel de marear la perdiz para evitar la necesaria
universalización de las resistencias a la imposición de la agenda neoliberal.
Además, los europeísmos alternativos de corte izquierdista o progresista son
aliados de todo lo que conlleve imposición del TTIP, y por eso la alianza entre
Podemos e Izquierda Unida contra la firma del TTIP no llegará a nada.
El cuarto tabú es el del
federalismo. Solo una República Única e Indivisible, Unitaria,
Presidencialista, Unicameral y, sí, centralizada y centralista, puede asegurar
la victoria. Descentralizar la toma de decisiones que afectarían a un Gobierno
fuerte de las clases obreras es debilitar a las clases obreras. Hacerlo en
nombre de la "proporcionalidad"y la "democracia" nos lleva
al anarquismo o, peor aún, al constitucionalismo de 1978. Este es uno de los
motivos por los que antiguos Estados comunistas como la URSS, Yugoslavia o
Checoslovaquia dejaron de existir, por su federalismo o confederalismo extremos
y democratistas, basados en lo étnico en vez de refundir en una sola unidad,
como un solo hombre, a todas las clases obreras del nuevo Estado. Es increíble
como muchos comunistas quieren repetir el mismo error, pero es comprensible
porque lo que quieren es repetir miméticamente lo que el movimiento comunista
soviético realizó en el siglo XX, incluidas las meteduras de pata.
El quinto tabú es el del
animalismo. Sobra decir que nadie está a favor de matar indiscriminadamente
animales, o de torturarlos o abusar de ellos. Pero la gente come carne en su
inmensa mayoría, y estar contra el maltrato animal no equivale a poner al mismo
nivel moral a iguales ("humanidad"), y diferentes (el resto de seres
vivos). La biosfera debe ser cuidada porque la vida de los seres humanos
depende de ello, y aunque los recursos de la misma sean escasos y haya que
buscarse la vida fuera desde ya (el espacio exterior), no se puede renunciar a
su uso a disposición nuestra, y menos para cuestiones de desarrollo económico y
social.
El sexto tabú es el de la
"unidad de la izquierda". Este tabú conlleva "romper el
candado" de Izquierda Unida, un proyecto nacido al albor del referéndum de
la entrada en la OTAN de España en 1986, que ya no tiene ningún sentido. No hay
que buscar la unidad de la izquierda, que es imposible, sino la unidad
nacional-política, lo que conlleva la unidad de España, por cierto.
El séptimo tabú es el de
Iberoamérica. La gente sigue pensando en alianzas estratégico-políticas con
"movimientos populares" tipo chavismo. Y no, no se trata de eso. No
se descartan esas alianzas, pero no se habla solo de eso. La gente que piensa
en alianzas lo hace porque sigue pensando en coordenadas europeístas. Se trata
de construir, sobre las ruinas del fenecido Imperio Español, una nueva unidad
política intercontinental socialista y universalista. Aunque nuestro horizonte
primero sea España, debemos descartar Europa como potencial revolucionario,
pues nunca lo ha sido y nunca lo será en sentido unitario. En cambio, una
unidad política en base a elementos antropológico-culturales más sólidos
(lengua, religión, tradiciones y costumbres, historias nacionales paralelas) es
más viable, y de ahí mi apuesta por Iberoamérica.
El tercer tabú lo he dejado para
el final debido a las circunstancias de esta semana. Ayer 12 periodistas y
humoristas gráficos franceses de la revista Charlie Hebdo a manos de unos
terroristas islamistas que los mataron "vengando al profeta Mahoma" y
gritando "Allahu Akbar" (Dios es Grande) en árabe. Hace unos meses
otro islamista acabó a tiros a manos de la policía australiana tras secuestrar a
varios comensales en un restaurante. Creo que va siendo hora de advertir a
todos, incluidos muchos de izquierdas que no se enteran, que este va a ser a
partir de ahora el pan nuestro de cada día en las naciones cristianas (sí,
cristianas, pues eso somos a ojos del Islam). Me refiero a las acciones armadas
terroristas. Lo de Charlie Hebdo no será la última acción.
Está claro quién ha alimentado,
desde fuera del Islam, a estos grupos como el Estado Islámico, el cual ya no es
un mero grupo terrorista: se ha convertido en todo un Ejército (semi) regular
operativo en un territorio determinado que tiene su propio gobierno (un
califato comandado por Abu Bakr Al Baghdadi), su propio sistema legal (la
Sharía interpretada en su orientación sunnita) y su propia moneda (sí, la
tienen ya). Han sido las elites oligárquicas occidentales de Estados Unidos y
del corazón de la Unión Europea las que han alentado a estos sanguinarios
sujetos organizados, y los han entrenado y financiado, para acabar con todo
aquello que oliese a socialismo, se llame Unión Soviética, régimen comunista de
Afganistán, República Popular del Yemen, Etiopía, Somalia, el socialismo
panárabe en Egipto, Túnez, Argelia, el baasismo en Iraq y Siria o el socialismo
libio de Gaddafi. Y han sido los mismos que han situado en una posición de
absoluto privilegio geoeconómico, geopolítico y geoestratégico a Arabia Saudí,
Estado absolutista y monárquico que, además de ser un epicentro global de la
producción y exportación de petróleo (y que ha dado un golpe durísimo a Rusia,
Ecuador y Venezuela rebajando el precio del barril de crudo, beneficiando a
Estados Unidos y a la UE, la cual podrá ahora comprar más barato, y de ahí su
permisividad con el islamismo que en muchísimas mezquitas europeas se enseña a
los musulmanes desde púlpitos cuyos imames son traídos y pagados con dinero
saudí) es el centro neurálgico del mundo islámico por un motivo bastante
simple: La Meca y Medina, las dos ciudades más sagradas del Islam (en la
primera está la Kaaba, piedra y altar que, según los musulmanes, levantaron el
profeta Abraham y su hijo Ismael; en la segunda está enterrado Mahoma), lo que
muestra que las religiones no flotan en el aire, pues son un conjunto complejo
de instituciones organizadas y muy racionales que operan a una escala ética,
moral y política que no pueden alcanzar ideologías nacionales de corte no
salvífico. Esta es una de las razones principales de la peligrosidad del Islam,
que su raíz, núcleo, cuerpo y curso está controlado por los sectores más
agresivos y expansionistas.
También está claro que todo esto
beneficia a los grupos políticos llamados "identitarios" en Europa,
que buscan una unidad de Europa alternativa a la actual, basada en la
identificación de la idea de Europa con la raza blanca, la religión cristiana o
el pasado pagano (lo que lleva a que grupos como el Frente Nacional en Francia
quieran aliarse a la Rusia de Putin, pues Europa en su concepción llega a
Vladivostok). Estos grupos son anti-inmigración, especialmente musulmana. Pero
el problema no es la inmigración en sí. La mayoría de los inmigrantes que en
Europa, y en España, viven (también ilegales), son gente honrada y trabajadora
que no causa muchos problemas. No, el problema es mucho más antiguo, es una
cuestión religiosa y política. Se trata de un enfrentamiento a muerte, que
desborda las coordenadas de la Edad Contemporánea, entre el Mundo Islámico y el
Mundo Cristiano.
Aunque uno sea ateo, se ha
conformado culturalmente en un contexto cristiano (católico en el caso
español), y es visto como tal por los musulmanes. Es cierto que no se puede
culpar a todo el Islam en su conjunto, ni a todos los musulmanes, por lo
ocurrido con Charlie Hebdo. Pero este tipo de atentados solo son comprensibles
desde el mundo musulmán y solo en él pueden surgir, por una mera cuestión
antropológico-institucional y dialéctica. Y ya no basta con explicar
socioeconómicamente estas acciones, en tanto que la OTAN invada y masacre
población en el mundo islámico, y estas acciones sean una supuesta respuesta a
ello. Haya OTAN o no, el islamismo siempre buscará atentar contra el mundo
cristiano porque la Yihad "menor" (la política expansionista
universalista) del Islam, la "Guerra Santa", es una obligación de
todo musulmán (la cual no puede desconectarse de la Yihad "mayor", la
intrapersonal para ser mejor musulmán), y de ahí que incluso cuanto más ceda
una población al Islam, más se crecerá el islamismo y más adeptos tendrá porque
verá debilidad en su enemigo. Y de esto tienen mucha culpa los idiotas
progresistas y liberales tremendamente racistas que ven a todo musulmán como
Rousseau veía al "buen salvaje". Y digo racistas porque no son
capaces de ver, en su mentalidad "eurocéntrica" que el Islam no tiene
nada que ver con la raza o la etnia, ni tampoco con la lengua aunque el árabe
sea lengua litúrgica porque el Corán se escribió en árabe. No, es una cuestión
de fe, de la fe más pura, aquella que defiende que el Corán es lo más sagrado
que hay en la Tierra ya que es la palabra de Dios sin adulteración alguna,
brindada directamente por él a Mahoma a través del Arcángel Gabriel (Yibril en
árabe). Y de ahí que la misión de todo musulmán es, en la medida de sus
fuerzas, hacer que el Corán sea Ley Universal.
El islamismo utilizará las ayudas
de las oligarquías euroyankis para expandirse, siendo tontos útiles los unos de
los otros. Y mientras esto crece, mientras haya más acciones yihadistas en
suelo euroyanki, más crecerá por una parte la condescendencia ignorante
progre-liberal plasmada en muchos líderes políticos (desde el PSOE al PP, desde
Podemos a Izquierda Unida) y en muchos periodistas tertulianos. Y al mismo
tiempo, crecerá el desapego de las clases obreras con estas fuerzas y su
acercamiento a grupos como el Frente Nacional francés. No descartaría, incluso,
que de aquí a unas décadas Europa sea campo de batalla entre cuerpos
organizados de islamistas y cuerpos organizados de "contraofensiva" a
lo Anders Behrin Breivik (el terrorista noruego que asesinó a varios
adolescentes en la isla de Utoya hace unos años, pertenecientes a las
juventudes socialdemócratas noruegas, para "amedrantar al Islam"),
por lo que el "choque de fascismos" en Europa (el islamismo y el
neoeuropeismo ultraconservador) para mí está más que asegurado.
Y mientras todo esto ocurre,
desde los partidos de izquierdas se hace el ridículo, "justificando"
la acción de Charlie Hebdo sin tener en cuenta todo lo que aquí he señalado
como ha ocurrido con Willy Toledo en su twitter, o haciendo condenas curiles,
propias de un párroco progre de pueblo, de la violencia "vengan de donde
vengan" como ha hecho Íñigo Errejón en el suyo. Así se garantiza la
fidelidad de la "basca", de los ya convencidos, pero no de la mayoría
social, la cual (todavía no en España, y puede que aquí no ocurra) se irá a los
Frente Nacional, a los UKIP, a los Pegida porque comunistas, populistas y
socialdemócratas siguen sin enterarse, en la misma línea que liberales y
progresistas.
Porque lo que ha ocurrido en
Charlie Hebdo, en París, no es un "ataque a la libertad de
expresión". No puede entenderse esto en términos liberales, ni
democratistas. Es un ataque al mundo cristiano desde el mundo islámico, y por
parte de musulmanes integrados en ese mundo cristiano al que odian, por mucho
iPhone, Tablet y coche tuneado que los mercados capitalistas les permitan
consumir. Me reafirmo: o se empieza a plantar cara al islamismo, empezando por
sus fuentes musulmanas básicas estudiándolas, analizándolas como un cirujano y
triturándolas (el Corán y los hadithes -hechos de la vida del profeta base de
la conducta de todo musulmán y, además, base de la Sharía o ley islámica en
todas sus escuelas jurídicas-) o el Islam prevalecerá.