Este par de artículos sobre Unificación Comunista de España (UCE) fueron publicados en el diario El Revolucionario entre enero y marzo ...
Este par de artículos sobre Unificación Comunista de España (UCE) fueron publicados en el diario El Revolucionario entre enero y marzo de 2009, para dar a conocer los puntos irreconciliables de separación entre este grupo político maoísta (muy extraño para mucha gente) y la ideología que, en su día, tenían El Revolucionario e Izquierda Hispánica. A día de hoy, los puntos fundamentales de separación se siguen sosteniendo tanto en el fondo como en la forma. Hay que decir que la acusación que durante años ha recibido la UCE de ser una secta no puede realizarse públicamente desde hace algunos años pues dicha acusación está perseguida por el poder judicial. Para defenderse de estas acusaciones, la UCE dispone desde hace tiempo de una serie de abogados que intervienen sobre toda página web o documento escrito que los asocie con la palabra secta, denunciando a sus administradores, redactores o columnistas por utilizar la palabra secta asociada a la UCE. Algunas webs como www.deverdad.net han tenido que cerrar por ello, y para demostrarlo sus responsables colgaron en la portada de su web (ahora en mantenimiento) la carta del abogado de la UCE, con oficina en Valencia -España-, donde les conminaba a ello, y que se puede ver íntegra aquí:
No obstante, y debido a que estos artículos fueron publicados y retocados originalmente en otra web, El Revolucionario, tienen ya unos cuantos años (cinco en concreto) y en ellos se dan argumentos de peso para criticar los pilares ideológicos básicos de este grupo maoísta, considero que deben ser reproducidos en su totalidad por su interés teórico. Pues es en el debate teórico donde la UCE, si quiere, debería entrar, si no quiere ver su imagen aún más dañada de lo que ya está:
No obstante, y debido a que estos artículos fueron publicados y retocados originalmente en otra web, El Revolucionario, tienen ya unos cuantos años (cinco en concreto) y en ellos se dan argumentos de peso para criticar los pilares ideológicos básicos de este grupo maoísta, considero que deben ser reproducidos en su totalidad por su interés teórico. Pues es en el debate teórico donde la UCE, si quiere, debería entrar, si no quiere ver su imagen aún más dañada de lo que ya está:
Un grupo oscuro y confuso con peligrosas relaciones
Unificación Comunista de España: Secta maoísta peligrosa
El partido-secta de izquierda asiática español Unificación Comunista de España (UCE) acaba de publicar un diario digital (De Verdad Digital) en el que enarbolan una falsa defensa de la unidad de España y un maoísmo degenerado hasta la socialdemocracia más burda y aliciesca, en el que comparan a Rosa Díez (UPyD) con Barack Obama, además de publicar entrevistas con Gustavo Bueno, autor del cual jamás han entendido (siquiera leído) sus rotundos argumentos, totalmente contrarios a los de esta secta maoísta sita en Valencia
Logotipo de la UCE
Maoísmo degenerado al servicio de la democracia coronada
Lema absurdo de la UCE
Su supuesto "españolismo" esconde la connivencia con el neofeudalismo extravangante y con el régimen de 1978
Apoyan a Rosa Díez y su indefinido partido UPyD
Martes 6 de enero de 2009, por ER. Barcelona
El partido de Izquierda Asiática Unificación Comunista de España, UCE, ha editado la versión digital de su diario De Verdad. Un periódico el cual reparten a modo callejero los incautos militantes que capta esta secta destructiva de corte asiático, a un euro el ejemplar. La edición digital del periódico de la UCE hace a El Revolucionario, el diario global de la izquierda revolucionaria en lengua española dar nuestra particular «bienvenida» a un grupo acusado por los izquierdistas indefinidos (particularmente, aquellos grupos proetarras y neofeudalistas) de «españolista» o «fascista».
Sin embargo, el mensaje de la UCE no es españolista, sino socialdemócrata encubierto de fraseología maoísta. Este grupo, fundado en 1978, en plena Transición española del franquismo a la democracia coronada, y salido de Tribuna Obrera, pidió el voto hasta 2002 a la coalición socialdemócrata Izquiera Unida. Su maoísmo exacerbado les llevó, durante el referendum de la OTAN de 1985, enarbolar el lema «Ni Otan ni Pacto de Varsovia», posicionándose de esta manera partidarios del comunismo chino y haciéndose así enemigos del Imperio Soviético generador y socialista, al cual tildaron siempre de ser un ejemplo de «socialfascismo». A pesar de que el maoísmo es una izquierda definida cuyo campo de actuación se ha restringido siempre a Asia y ha sido inexportable fuera, la UCE (como comúnmente se le llama a este grupo marginal y sectario destructivo) no ha cejado en su empeño en aliarse con el diablo (incluído el PSOE) para intentar llevar a cabo en España copias baratas en blanco y negro de episodios bárbaros como la Revolución Cultural china, acontecimiento que enarbolan.
Falsamente, la UCE presume de haberse opuesto a la Transición española, cuando en realidad la defienden de manera implícita, no sólo apoyando a partidos como Ciudadanos—Partido de la Ciudadanía, partido constitucionalista indefinido español, y Unión Progreso y Democracia, el partido indefinido deldoxógrafo Fernando Savater, un individuo al cual la unidad de España se la suda, que no defiende la unidad de España, sino «la democracia». La fraseología de la UCE recoge los argumentos propios de los defensores de la Constitución de 1978, en realidad la última gran ley del franquismo. Y es en esta adopción de la fraseología «constitucionalista» en donde su supuesta defensa de la nación política española queda en entredicho. De hecho, en la página web de esta secta maoísta (uce.es), puede verse este lema:
«La libre unidad del pueblo de las nacionalidades y regiones de España es revolucionaria».
Este lema encubre una total tración a España. Una traición que postula que en España existen «nacionalidades históricas» (la UCE, así, se hace cómplice del derechista Herrero de Miñón), tal y como reza el demencial Artículo 2 de la actual Constitución Española:
«Artículo 2.
La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.»
Con lo cual, la maoísta UCE se hace cómplice del socialfascismo postfranquista que domina a la nación española.
En 1979 se opuso a la invasión soviética de Afganistán, haciéndose así cómplices de Al Qaeda, de Osama Ben Laden (sarraceno que pretende destruir la civilización en nombre de esa secta arriana llamada Islam) y de la CIA, grupo de inteligencia del Imperio de los Estados Unidos de Norteamérica que financió, entrenó y amparó a los fundamentalistas islámicos anticomunistas que poco después dieron lugar tanto al grupo asesino de Ben Laden como a los talibanes.
Al defender en vez de la UNIDAD DE LA NACIÓN POLÍTICA ESPAÑOLA (que es lo que siempre ha defendido El Revolucionario, al igual que la unidad indisoluble de Bolivia, de Venezuela o de Chile —frente al etnonacionalismo secesionista mapuche, tan irracional y demente como el de la ETA o el de los santacruceños—), lo que ellos llaman «la libre unidad del pueblo nacionalidades y regiones», amparan el mal llamado «derecho de autodeterminación», un privilegio de secesión que pone a la secta maoísta al lado de todos los partidos proetarras que, supuestamente, son enemigos suyos. UCE siempre ha defendido el «derecho de autodeterminación»; la única diferencia con el resto de partidos marginales proetarras españoles antiespañoles es su oposición a ETA y al PNV, junto a otros partidos extravagantes. UCE es cómplice del neofeudalismo filonazi antiespañol.
Desde el 11 de septiembre de 2001 llevan a cabo una campaña de oposición frontal a la política imperialista de Estados Unidos llamando al Imperio Realmente Existente «dictadura terrorista mundial», poniéndose así del lado de Hamas y demás grupos mahometanos antijudíos que quieren destruir Israel, con el beneplácito de Ayatolás en Irán y saúdes en Arabia. La UCE es cómplice de la amenaza islamista internacional, al igual que el resto de partidos de las izquierdas políticamente INdefinidas.
Dejamos para el final las informaciones sobre su carácter sectario. La organización no lucrativa Atención e Investigación de Socioadicciones (AIS), la Generalidad de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona y el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, han catalogado a la UCE de secta. Como referentes del «socialismo español» tienen a Rosa Díez (a la que han dedicado una web en la que la comparan con el aliciesco Barack Obama) y al maleable José Bono, socialfascista al servicio de Zapatero.
El Revolucionario, y otras webs como Izquierda Hispánica, no tienen nada que ver con Unificación Comunista de España. Somos enemigos acérrimos. A pesar de ser un partido marginal y en franca decadencia, la UCE no deja de ser la envoltura supuestamente revolucionaria y «patriota» de un grupo sectario cómplice del socialfascismo, del neofeudalismo y del islamismo terrorista. Además, el maoísmo es incompatible con los postulados que se manejan en nuestro diario hispánico, además de ser inaplicable en la Hispanidad.
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Un partido falsamente "españolista"
Algunos advenedizos intentan, desde España (cómo no) relacionar a El Revolucionario con Unificación Comunista de España (UCE), sabiendo del desprestigio de esta secta maoísta para desprestigiar a El Revolucionario. Sin embargo, para su información, El Revolucionario no tiene absolutamente nada que ver con este oscuro grupo de izquierda asiática, ni en fines ni en formas. En este artículo lo explicamos
Lema antiespañol de la UCE
La UCE, pánfilamente, admite la expresión "nacionalidades y regiones", convirtiéndose así en cómplices de la situación actual
Una secta maoísta con una ideología que roza la socialdemocracia
Sábado 28 de marzo de 2009, por ER. Barcelona
Lo cierto es que Unificación Comunista de España (desde ahora UCE) fue un partido nacido durante la Transición española(ese proceso político por el cual el franquismo mutó en democracia burguesa coronada por los Borbones) de las ruinas de Tribuna Obrera, tal y como ellos se esfuerzan en asegurar. Ya en otro artículo desenmascaramos a este grupo, pero parece ser que la ignorancia, o simplemente las ganas de embrollarlo todo de algunos (neofeudalistas y progres, mayoritariamente; ambos enemigos de la unidad de la Hispanidad) desde hace tiempo no deja de relacionarnos con la UCE. Pues bien, para información de todo el mundo de lengua hispana repasemos en qué nos diferenciamos de esa secta maoísta, primero en la forma y después en el fondo.
En la forma:
a) Unificación Comunista de España es un partido político español.
El Revolucionario es un periódico de izquierda revolucionaria en lengua española nacido en México, con corresponsales en todos los países iberoamericanos (incluída la Iberoamérica africana (Angola, Guinea Ecuatorial, Sáhara Occidental, &c.), asiática (Timor Oriental, Filipinas) y europea (Portugal y España), además de otras zonas del mundo.
b) Unificación Comunista de España nace en España hacia la década de1970.
El Revolucionario es un diario del siglo XXI.
c) Nadie conoce quiénes son los líderes de la UCE, de ahí las sospechas sectarias de este oscuro grupo.
El Revolucionario tiene un comité editorial general, y varios colaboradores activos en otros lugares del mundo.
d) La UCE es un partido con locales en varias ciudades de España.
El Revolucionario no tiene locales físicos.
e) La UCE tiene su propio diario, llamado «De Verdad», que no entraremos aquí a criticar, pero que podríamos hacerlo sin ningún problema.
El Revolucionario se representa a sí mismo.
Pasemos al fondo:
a) UCE es un partido de izquierda asiática (maoísta), esto es, según sus propias palabras, se define como « marxista-leninista-pensamiento Mao Tse Tung ».
El Revolucionario es un diario que no es de izquierda asiática, ni tampoco de izquierda socialdemócrata, ni de izquierda anarquista. El Revolucionario es un diario que busca, a través del análisis crítico del presente desde coordenadas filosóficas materialistas, la conformación de una izquierda nueva, definida, nacida en el mundo de habla hispana. En este sentido, nos sentimos herederos de la izquierda jacobina de la Revolución Francesa, de la izquierda liberal de las Cortes españolas de Cádiz y de los revolucionarios de la independencia de las naciones iberoamericanas (Bolivar, San Martín, O’ Higgins, Martí, entre otros), y de la izquierda comunista de Lenin.
b) La UCE dice luchar contra el imperialismo y el capitalismo monopolista, siguiendo el ideario de Lenin en «El imperialismo: fase superior del capitalismo».
El Revolucionario considera que los monopolios en el capitalismo han existido siempre, y que el capitalismo, por su carácter cíclico (tal y como demostró Kondratiev), hace imposible que éste tenga una fase superior. Además, consideramos que imperialismo ha existido desde que existen Estados, y que incluso un Estado socialista, que pretenda expandir la revolución, ha de ser necesariamente imperialista. Eso sí, distinguimos entre un imperialismo depredador (que trata de mantener o de empeorar las condiciones de vida de los conquistados) y un imperialismo generador (que trata de mejorar y de igualar las condiciones de vida de los conquistados con respecto a la metrópolis). Consideramos que esa metrópolis generadora y socialista sólo puede ser Iberoamérica.
c) La UCE pretende construir una sociedad global sin Estados regida por el comunismo de corte chino. De ahí su defensa de procesos atroces como la «Revolución Cultural».
El Revolucionario considera que es imposible un planeta sin Estados, y por tanto, es imposible una Humanidad unida en armonía (a no ser que nos unamos frente a una invasión externa a las sociedades políticas realmente existentes en nuestro planeta, lo cual es o fantasía o ciencia-ficción). Por el contrario, creemos necesaria la conformación de Iberoamérica (toda la población mundial que habla español y portugués) como una plataforma económica y política unida en un socialismo específico, que actúe como un Imperio generador y ejemplar para con el resto de pueblos de la Tierra. Además, somos contrarios a «revoluciones culturales» como la de Mao, no ya porque no caemos en el mito de la cultura, sino porque consideramos que hay ciertos elementos del pasado de siglos que no deben, por prudencia, ser eliminados.
d) La UCE dice ser un partido proletario español que sigue la tradición de Pablo Iglesias en el PSOE y José Díaz en el PCE, además del Frente Popular.
En El Revolucionario no podemos posicionarnos en esa tradición, porque, simplemente, dicha tradición, más allá de un origen común (Marx) no existe.Los proyectos de Pablo Iglesias y de José Díaz eran incompatibles, no ya en la forma, sino incluso en el fondo. Las izquierdas son muchas y están enfrentadas entre sí. Y el Frente Popular era simplemente unacoalición de partidos (liberales, jacobinos, comunistas, anarquistas, socialdemócratas) unidos contra un enemigo común coyuntural, que por otra parte acabó con ellos. Además, no podemos decirnos «partido proletario» porque, ni somos un partido, ni tenemos claro que haya un extenso proletariado, al menos en España (no decimos ya en Perú, Bolivia, Argentina o México). Un asalariado no es un proletario tal y como lo entendió Marx, y una sociedad de rentistas como la española está lejos de hacer una revolución proletaria hoy (otra cosa es lo que ocurra cuando la crisis avance). No está claro en España cuál es el sujeto revolucionario, al menos de momento.
e) La UCE se dice antihegemonista.
El Revolucionario considera necesaria la hegemonía revolucionaria de Iberoamérica como condición, una vez establecida nuestra unidad económica y política, para conservar nuestra eutaxia como imperio socialista generador.
f) La UCE es antinorteamericana.
El Revolucionario no es antinorteamericano, porque en los Estados Unidos de Norteamérica viven millones de hispanos que, junto con la parte más consciente de esa gran nación, podrían dar la vuelta del revés al Imperio y, con su concurso, avanzar toda América junta hacia el socialismo del siglo XXI, al menos el que nosotros proponemos:materialista, racionalista, ateo (pero no anticlerical al estilo socialdemórata, sino incluso orgulloso de su tradición católica),universalista (igualdad de todos ante la Ley, mismos derechos y deberes –seguimos la tradición de las revoluciones jacobinas y liberales-) ypaniberoamericanista.
g) La UCE quiere instaurar en España una, según ellos, «República Democrática Popular» (concepto que no se molestan en definir).
El Revolucionario va por etapas, y de momento consideramos que lo principal es desalojar a los secesionistas del poder administrativo español. También consideramos oportuno plantar batalla, hasta el final, por el derrocamiento del socialfascismo del PSOE y sus acólitos (incluido el PP de Rajoy) en el poder. La forma de Estado que ese derrocamiento asuma (y que, por prudencia política, nos reservamos su explicación para otra ocasión), algo sí tendrá claro: no habrá Comunidades Autónomas.
h) La UCE dice luchar contra el Eje Franco-Alemán y su política agresiva contra España.
El Revolucionario también, con la salvedad de que esa lucha es además contra la misma idea de «Europa», una idea cuyo mentor político histórico más importante fue Adolfo Hitler. Por ello estamos contra la idea misma de «Europa», algo que no queda claro en ningún pasquín de la UCE.
i) La UCE quiere que España sea independiente frente a otras potencias,neutral y pacífica.
El Revolucionario afirma rotundamente que el pacifismo y la neutralidad son imposibles, y que España ha de escoger con quién aliarse. Y desde luego,ni el Islam ni Europa son las mejores alternativas, que son precisamente las del socialfascismo zapateril.
j) La UCE está contra la Ley de Extranjería, defendiendo ideas aliciescas como las del «Papeles para todos» o del «Española o extranjera, una misma clase obrera».
El Revolucionario estima que no toda la inmigración es igual, no ya debido a su origen, sino a su comportamiento. Consideramos que España ha de abrirse más a la inmigración iberoamericana y cerrarse más a la inmigración de países mahometanos o de Europa del Este, por motivos de unidad con Iberoamérica. Además, el «papeles para todos» es unsintagma antieutáxico que sólo puede llevar a la distaxia de la nación política, ya que nunca habrá medios ni dinero suficiente para mantener a todos los legales que entren en un territorio. Además, si Marx y Engels dijeron «¡Proletarios de todos los países, uníos!», es porque no estaban unidos, ni nunca lo han estado (como han demostrado las guerras mundiales o los conflictos entre Estados socialistas). Todo proletariado es nacional, en el sentido político y no étnico (un español negro obrero es tan obrero español como uno blanco). Y en todo caso, una revolución proletaria siempre, por fuerza, ha de ser nacional y, por tanto, patriótica. Lo que no quita la solidaridad de este proletariado con otros proletariados u otras clases nacionales de otros Estados frente a terceros.
k) La UCE quiere fomentar la participación ciudadana en la vida política al más puro estilo populista.
El Revolucionario considera que, para que esto pueda darse, primer habrá que dar la vuelta del revés a toda la cultura política y educativa de la nación. Hay que elevar el nivel del pueblo, si se quiere que el pueblo, con sus logros, vaya de la mano del poder político.
l) La UCE lucha contra el secesionismo teniendo como lema: « La unidad del pueblo de las nacionalidades y regiones de España es revolucionario».
El Revolucionario dice que en España la única nacionalidad realmente existente es la española, y que el lema de UCE es constitucionalista(reproduce el Artículo 2 de la Constitución Española de 1978, una de las fuentes de todos los males secesionistas que aquejan a España). Por tanto, no defendemos la «unidad del pueblo de las nacionalidades y regiones de España», sino que defendemos la unidad de España, de la misma forma que defendemos la unidad de México, de Bolivia, de Angola, de Chile(frente al secesionismo mapuche), de Argentina, de Brasil, de Guinea Ecuatorial, de Filipinas, de Perú o de Venezuela.
m) La UCE lucha contra ETA y el PNV, pero a la vez defiende el derecho de autodeterminación.
El Revolucionario lucha contra ETA y el PNV, pero a la vez luchamos y estamos en contra del derecho de autodeterminación. Lenin lo usó como coartada, al igual que Woodrow Wilson (presidente estadounidense) para ambosdesmembrar el Imperio Austrohúngaro y expandir sus respectivas influencias imperialistas. El derecho de autodeterminación es en realidad un privilegio de secesión, ya que rompe la soberanía nacional al dar un privilegio a parte de la ciudadanía para decidir, sin dejar participar al resto, sobre el expolio de parte del territorio de una nación. Ese privilegio, basado en la lengua, la etnia o la religión en algunos casos, es lo que nosotros llamamos neofeudalismo, ya que se vuelve a los privilegios por origen étnico del Antiguo Régimen medieval. Así pues, estamos en contra de cualquier tipo de autodeterminación aplicada a situaciones no coloniales (como la que sufre el Sáhara Occidental), y que encubren en realidad un privilegio basado en fundamentos racistas, xenófobos y exclusivistas de clase.
n) La UCE, al igual que otros partidos de izquierda indefinida, no teme aliarse con el Islam frente a Estados Unidos.
El Revolucionario considera que el Islam es una amenaza (fragmentada, ya que en realidad sunnismo y chiísmo son dos religiones diferentes) a nuestros intereses y los de toda la cultura occidental de origen cristiano. Por ello,nos solidarizamos con los católicos, los cuales tienen una religión más racional, sin la cual no puede entenderse Iberoamérica. Además, con el catolicismo, a diferencia del Islam, sí es posible la separación entre religión y poder político.
ñ) La UCE apoya a UPD y a Ciudadanos de manera incondicional.
El Revolucionario no apoya explícitamente a ningún partido político español realmente existente, si bien ofrece su punto de vista en cuanto a apoyos coyunturales a determinadas fuerzas políticas en situaciones muy concretas.
En definitiva, estas son nuestras diferencias, expuestas al ojo público indocto de los secesionistas étnicos hispanófobos y de los socialdemócratas. Si todavía no les queda claro, ya es cuestión pura de estar aquejados de esquizofrenia.
Con respecto a UCE, lo mejor que puede hacer esta organización es disolverse y que sus antiguos miembros se vuelvan materialistas, y así abandonen el maoísmo, una ideología sin futuro fuera de su lugar de nacimiento: China.