Esta frase de Gustavo Bueno en esta entrevista (que tiene ya unos añitos, tres en concreto, y algunos ya la conocíamos) deberían memori...
Esta frase de Gustavo Bueno en esta entrevista (que tiene ya unos añitos, tres en concreto, y algunos ya la conocíamos) deberían memorizarla muchos "buenistas vulgares" en su cabeza y repetirla cien veces antes de acostarse por las noches:
Para mi lo único indiscutible es que España funcionó en época de Aznar y que se hundió por haber apoyado una política belicosa frente a Irak.
Si la prudencia política se mide, realmente, por los resultados, y los medios determinan el fin en política, José María Aznar fue un presidente del Gobierno imprudente e irresponsable por meter a España en una Guerra, la Segunda Guerra de Irak, que supuso la prueba de fuego definitiva para comprobar que, geopolíticamente hablando, España ya no tenía desde hacía bastante tiempo ninguna relevancia internacional. Y de nada sirvió la foto de las Azores, ni el intento de Aznar de estar en el G-8. Aznar pensó que España era más importante de lo que en realidad era y es, y de ahí su error de apoyo explícito y directo al Continente Anglosajón en su enésimo intento de rodear el Área Pivote siberiano-asiática desde la media luna euroasiática, pues ese eje anglosajón es también anglogermánico y francés, y ni Francia ni Alemania tolerarían jamás que España les haga sombra en su relación con Estados Unidos, ya que poco pueden hacer para cambiar la que ya tiene el Imperio con su Madre Patria, el Reino Unido.
Ahora, a España, no le queda otra que seguir ahondando en su sumisión geoeconómica a Berlín y esperar a que el TAFTA, (o ZOLTOCA, en sus siglas en español, Zona de Libre Comercio Transatlántica), se materialice más allá de un tanteo de acuerdo de libre comercio otánico. La Hispanidad queda como algo "lejano", un futurible virtual que no va más allá de varios acuerdos comerciales y una relación histórica evidente pero no materializada políticamente, y que poco puede hacer ante unos Estados Unidos que, aún habiendo perdido hegemonía mundial, siguen siendo una superpotencia que no va a renunciar a la misma sin tratar de reorganizar el espacio geopolítico y geoeconómico que ha hegemonizado desde hace ya más de cien años.
Frente a los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica), Estados Unidos junto a la Unión Europea, México, Canadá y las naciones europeas continentales que todavía no están bajo el abrigo del Tratado de Lisboa, pretenden conformar, bajo el amparo de este TAFTA, una forma de sociedad postestatal con Estados que abarcaría la zona del Mundo con mayor porcentaje de riqueza, PIB y PNB, del planeta (un 45% de la riqueza mundial), con una población en total de más de 800 millones de personas y con un tratado militar consolidado desde la mitad del siglo pasado. El motor de la Historia es la dialéctica de clases y de Estados, alcanzando este motor una escala universal cuando la dialéctica es entre imperios universales. Si el imperialismo es una forma, positiva, de sociedad postestatal, el TAFTA supone una variante más del imperialismo estadounidense que, tras los problemas derivados de la imposibilidad de llevar a buen puerto el proyecto político universalista de la Globalización, necesita recuperar las viejas formas de las alianzas geoestratégicas adaptándolas a los tiempos modernos, en los que China y Rusia van a jugar un papel fundamental. Y de ahí las maniobras que el Imperio realiza en Europa del Este hoy día, como en Ucrania:
Aznar fracasó, y pagó con creces su imprudencia política. Y no bastó en absoluto que leyera con fruición a Bueno (como afirmó una vez Fernando Sánchez Dragó: http://www.fgbueno.es/hem/2000c05b.htm). Y aunque durante los años del Tratado de Niza, el ex-presidente Aznar consiguió meter algo de presión a Alemania junto con Polonia (http://www.cadenaser.com/espana/articulo/aznar-encuentra-polonia-unico-aliado-defender-idea-europa/csrcsrpor/20030930csrcsrnac_9/Tes), Polonia nunca podría ser un aliado de peso respecto del eje franco-alemán, y ni siquiera ya Francia puede serlo frente a Alemania como ha advertido Manolo Monereo en un reciente artículo:
No podemos olvidar que el PP de Aznar ratificó Maastricht, metió a España en el euro y trató de ser un preclaro dirigente mundial en el camino del atlantismo frente a unos socios de mayor recorrido histórico y más fiables para Estados Unidos como Alemania o Francia. Francia es la tercera potencia atómica del Mundo (es la nación que más bombas atómicas ha detonado) y Alemania, tras su unificación, ha hecho de bulldozer hacia su "espacio vital" tradicional hacia Rusia espoleada por todas las administraciones de Washington desde Bush I. Y si Aznar hubiera leído detenidamente a Bueno y hubiese leído el Primer Ensayo sobre las Categorías de las Ciencias Políticas, ni hubiese ratificado el acuerdo de moneda única europea, ni se hubiese metido en una Guerra que ha terminado por ser la prueba del algodón de la nula importancia geopolítica de España, por mucha Cumbre Iberoamericana que haya podido impulsar (muy venida a menos, todo hay que decirlo, gracias en buena medida al bolivarianismo, y también a PSOE y PP, etc.). Aznar no deja de ser un elemento más del determinismo causal histórico que coloca a España donde ya está. Y no verlo así equivale a no comprender, en absoluto, la idea de dialéctica pluralista del materialismo filosófico, ese que algunos confunden con "culto a la personalidad" llevado a tal punto de que todo aquello que tenga el toque "buenista" en su biografía lo hace bueno y digno de respeto y admiración. Incluido el ex-presidente Aznar.