Artículo publicado en El Revolucionario el 9 de septiembre de 2008: http://www.elrevolucionario.org/rev.php?articulo846
Varios representantes de naciones políticas iberoamericanas acudieron hoy a la capital de la colonia estadounidense de Puerto Rico —situación política consentida por los puertorriqueños durante ya décadas, entre otras cosas debido a los enormes beneficios, a pesar de los inconvenientes, que ello ha traído a la isla—, San Juan. Se ha celebrado en ella una reunión del llamado Centro de Facilitación de Comercio Internacional, CEFCI, creado explícitamente para que Puerto Rico sea el puente entre los Estados Unidos de Norteamérica y las naciones iberoamericanas que tienen firmados, o pretenden tenerlos en el futuro, tratados de libre comercio con el Imperio Realmente Existente
Puerto Rico, trampolín del Imperialismo Anglosajón en Iberoamérica
¿Podría servir de trampolín para un imperialismo generador hispánico, socialista, materialista y racionalista en Estados Unidos?
En esta reunión se han presentado representante de Colombia, Costa Rica, México, República Dominicana, El Salvador y Costa Rica, además de representantes boriquas. Todos ellos han acordado un plan de trabajo preliminar que tendrá que ratificarse en una próxima reunión, que ya tiene fecha: entre el 1 y el 3 de diciembre de este año, en el marco de la Conferencia Anual de Centroamérica y el Caribe, y que se hará en Miami, Estados Unidos. En el CEFCI hay representantes de las burguesías nacionales de cada país, además de asesores académicos, ONG’s, organismos regionales y delegados gubernamentales. Todos ellos repartidos en una directiva principal y otra de apoyo.
El CEFCI no es otra cosa que un instrumento del Imperio Estadounidense para aprovechar la situación geopolítica de la isla de Puerto Rico. Que la colonia hispana dominada por el imperialismo anglosajón sirva para facilitar los acuerdos comerciales de intercambio de mercancías entre el Imperio y las naciones hispanas se explica porque vía puertorriqueña se eliminan numerosos obstáculos administrativos al libre intercambio y se facilita así la circulación transfronteriza de bienes y servicios entre los países integrantes de los TLC y Estados Unidos. Bartolomé Gamundi, secretario de Desarrollo Económico y Comercio de Puerto Rico, lo deja claro:
«Puerto Rico es el país idóneo para servir como sede de este esfuerzo por la histórica relación que sostenemos con Estados Unidos. Tenemos el peritaje y la experiencia de hacer negocios con Estados Unidos, hablamos el mismo idioma que los países latinoamericanos que están en tratados de libre comercio con la nación americana, lo que redundará en el aumento de negocios en el área de servicios.»
La dialéctica de Estados permite esto. Puerto Rico habla por igual inglés y español. Estos idiomas, a pesar de estar enfrentados a nivel mundial por ver cuál de los dos se transforma en idioma universal —por la extensión de su uso internacional— y en segundo más hablado en número de hablantes tras el chino mandarín, es utilizado por igual por los Estados Unidos para asegurar sus planes y programas imperiales en el mundo, y de manera particular en el Continente Hispánico. El secretario de Estado puertorriqueño, Fernando Bonilla, lo ha dejado bastante claro:
«Con el desarrollo de este centro Puerto Rico pone su liderato para servir de facilitador entre los países hermanos de la región. El propósito es convertirnos en el centro de convergencia nacional para fortalecer la economía del hemisferio y fuera del hemisferio.»
Desde luego, Puerto Rico es clave en ese esfuerzo para fortalecer la economía de la región y el hemisferio. Eso sí, una economía que posibilitará siempre la implantación en Iberoamérica del «American Way Of Life», del modelo de ropa, vivienda, familia, música, cine, cultura y sistema económico y político de los Estados Unidos, de raíz anglosajona (aunque diferenciada del modelo inglés de origen). Por ello, la pregunta que nos asalta es: ¿podría Puerto Rico dar la vuelta del revés a esa situación y servir de puente de un posible futuro imperialismo generador socialista racionalista iberoamericano para transformar desde dentro a Estados Unidos hacia el socialismo hispánico? Que una pequeña isla caribeña como la nuestra pueda acometer tal empresa no deja de ser una de las cuestiones más importantes de nuestro tiempo, al menos desde el punto de vista geoestratégico de expansión de la idea de la necesaria sinexión entre un socialismo genérico (filosófico) y un socialismo específico (económico) de origen materialista racionalista radical y hablado en español.