AFRICOM, Marruecos y el Sáhara Occidental, artículo publicado en El Revolucionario, el 26 de septiembre de 2008: http://www.elrevoluci...
AFRICOM, Marruecos y el Sáhara Occidental, artículo publicado en El Revolucionario, el 26 de septiembre de 2008:
El AFRICOM, Comando de los Estados Unidos de Norteamérica en África, es el destacamento principal del Imperio realmente existente en el continente africano. Entre sus misiones están el control del continente africano por parte de Estados Unidos frente a las pretensiones imperiales de terceras potencias (China, el Eje Franco-Alemán), proteger al continente de la amenaza terrorista sarracena y para prestar mayor apoyo a los aliados más directos de Estados Unidos. Entre esos aliados está Mohammed VI, rey absolutista de Marruecos. La base militar estadounidense en suelo marroquí perjudica al Sáhara Occidental, ya que la base -todavía no construída de manera efectiva- supone un mayor control sobre un pueblo ya sojuzgado al yugo marroquí, y también para España.
Depués de más de treinta años desde que el Imperio cerrase sus instalaciones permanentes en suelo marroquí (paralelamente al asentamiento de las primeras bases militares en la España de Franco, hoy todavía permanentes), y dejando aparte el apoyo que Estados Unidos dio a la invasión marroquí del Sáhara Occidental en la infame Marcha Verde, parecer ser que Marruecos vuelve a ser un punto geoestratégico importan en la política imperial estadounidense. Ya el Imperio contaban con algunos centros de control de satélites y zonas de aterrizaje de emergencia para la NASA en suelo marroquí. Ahora planea construir en el país norteafricano la base militar más grande del continente. La base se construiría por iniciativa estadounidense, y el comando encargado de hacerlo sería el fastuoso AFRICOM, sexto mando regional norteamericano que planea, además, establecerse definitivamente en Marruecos, y de ahí controlar las actividades militares de Estados Unidos en todo el continente. La sede actual del AFRICOM está en Alemania, en la ciudad de Stuttgart, pero recientes acontecimientos políticos de importancia que resultan para la política exterior norteamericana una amenaza a sus intereses (presencia cada vez mayor de Al Qaeda en el Magreb y en el Sahel, cambio de alianzas en España con el paso del gobierno del Partido Popular al socialfascismo de Zapatero —ya que la base iba a ser en principio construída en España y debido al retiro de las tropas españolas del Irak, Estados Unidos cambió su alianza con España a Marruecos—), ven con premura la necesidad de asentarse en un país seguro para sus intereses.
Marruecos tiene un triple interés para colocar la base en su territorio: en primer lugar Marruecos, a pesar de ser un país islámico con una monarquía absoluta muy autoritaria, es considerado por los grupos terroristas afines a Al Qaeda un Gobierno apóstata y un Estado artificial al igual que Argelia, por lo que la base permitiría un en principio amplio despliegue de tropas en caso de que esa amenaza yijadista contra Marruecos fuese in crescendo; en segundo lugar, protege a Marruecos bajo cobertura del Imperio en caso de que su ya largo conflicto con Argelia vaya a más, ya que en caso de guerra con la antigua colonia francesa Marruecos tendría las espaldas más cubiertas que su vecino país; y en tercer lugar, Estados Unidos podría, si ve que las dos amenazas anteriores perjudican aún más sus intereses, tener al AFRICOM como soporte de un imperialismo irredentista marroquí larvado vía educación en gran parte de su población. El expansionismo marroquí, que reclama para el Gran Marruecos territorios de Argelia y Malí, la completa anexión de Mauritania y el Sáhara Occidental y de los territorios españoles de Ceuta, Melilla, las Canarias y, para los más ultranacionalistas marroquíes, el sur de España, encontraría en Estados Unidos un aliado más que sólido.
El interés de Marruecos en particular por los territorios de la nación española en África —tomados por «colonias» por los separatistas guanches y proyijadistas, más que nada por un concepto racista de colonia por el sólo hecho de estar en suelo africano, cuando ceutíes, melillenses y canarios son ciudadanos españoles de pleno derecho e iguales ante la Ley igual que un español de Madrid, Barcelona o Valencia— se debe a que es posible encontrar petróleo en las Islas Canarias. Y Estados Unidos, tan necesitado de crudo para mantener su eutaxia imperial, y debido al rechazo de Zapatero de apoyar la acción militar sobre Irak, podría apoyar una eventual secesión canaria que, con el tiempo, pasaría a estar controlada por Marruecos, consiguiendo estos el petróleo canario e indirectamente recibirlo también el Imperio norteamericano. De paso, Marruecos, y con apoyo francoalemán y estadounidense, se haría con el control de Ceuta y Melilla, sumiendo a sus habitantes al yugo absolutista que ya soporta el Sáhara Occidental. REPSOL, la empresa petrolífera española, con negocios ya en Libia y Argelia, pretende realizar acciones de prospección petrolífera en las Canarias. Indirectamente, el control marroquí / estadounidense del petróleo español perjudicaría a estos países. No en vano, el mandatario libio Gadaffi, calificó la construcción de la base del AFRICOM como una forma de colonialismo sobre África. Esto, en realidad, no es más que dialéctica de Estados en su máximo esplendor. Libia, que pretende liderar un panafricanismo efectivo, ve cómo Marruecos hace la guerra por su cuenta, además de ver cómo su relación con España a través de REPSOL (dialéctica de clases) se vería perjudicada por el irredentismo marroquí animado por el Imperio realmente existente.
Pero es en el caso saharaui donde la alianza marroquí / yanki llega a su máxima expresión imperialista. La base, construída por el AFRICOM, estaría casi en la frontera con nuestro pueblo, resultando así una total dominación imperial que ejercería el rey absolutista Mohammed VI con la venia de Estados Unidos. Nos da igual que gobierne Bush II, McCain u Obama. La eutaxia imperial estadounidense necesita de Marruecos para sus planes y programas en África. Marruecos está en un sitio estratégico esencial para que los petroleros que circulan por el Atlántico, y en particular los estadounidenses, circulen con seguridad. Y todo a costa de varias naciones, incluida el Sáhara Occidental. La ciudad fronteriza de Tan Tan, de diez mil habitantes, a 25 kilómetros del océano y enfrente de las islas españolas de Fuerteventura y Lanzarote es la ubicación final elegida. La extensión de la base no es segura, pero se especula que sea superior a las mil hectáreas.
Otro país imperialista depredador interesado en que esa base se construya es Francia, nación europea que no renuncia salvo muerta a su dominación de lo que hace poco más de cincuenta años todavía era suyo. Francia, con Sarkozy como presidente, se ha convertido en un gran aliado de la política exterior estadounidense, una política exterior en la que el AFRICOM juega un papel imprescindible: control militar de África, salvo en Egipto y Madagascar, países cuyo control militar imperial dependen de otros organismos.
Algunos ingenuamente o con mala fe hablarán de que Marruecos, Francia y Estados Unidos rompen otra vez la legalidad internacional. Pero, en lo que respecta a la libertad del pueblo saharaui, el Derecho Internacional jamás ha servido para librarnos del yugo marroquí. Un derecho que, siempre, se ha tenido que adaptar a la dialéctica de Estados, en particular de los Estados imperiales. Y mientras España deje de apoyarnos y se someta a lo que el rey Mohammed VI quiera, no habrá nada que hacer. No extrañaría que Marruecos y Estados Unidos, con el visto bueno francés y la indiferencia del traidor Partido Socialista Obrero Español en el poder en España, utilizase la base de Tan Tan de la misma manera en que utiliza Guantánamo, sólo que en Tan Tan encerrarían a militantes del Frente Polisario y a diversos luchadores por la libertad del Sáhara Occidental.